por Blanca Rosa Jiménez Villaseñor
EL PORQUÉ DE ESTA FECHA
El 27 de septiembre del 2021, se conmemoran 200 años de la Consumación de la Independencia de México, este es un momento importante y vale la pena recordar por qué fue realmente trascendente.
Si nos preguntamos ¿cuál fecha fue más importante, el inicio de nuestra independencia el 15 de septiembre de 1810 o cuando se consumó el 27 de septiembre de 1821?, en el presente artículo pretendo comentarles porqué las dos fechas son igualmente importantes, pero cada una tiene sus características propias y sus personajes que le dan ese valor especial y diferencial a cada una.
Primeramente, considero que este fue el momento más importante, que hemos tenido como país a través de nuestra historia, ya que es cuando se dio un cambio sustancial en la vida de la Nueva España, tanto en lo político, como en lo económico y en lo social y por tal motivo, dejamos de ser un virreinato de España para convertirnos en un país independiente, veremos el porqué.
Para hacer este análisis, será necesario recordar que nada es de manera casual, sino, que todo lo que ocurre en el planeta es una derivación de un hecho anterior, ya sea que le da continuidad o que es opuesto. Ahora vayamos a algunos antecedentes propios de estos momentos y lo planteo desde 3 posiciones:
La primera etapa de la Independencia, donde el personaje principal e iniciador fue Miguel Hidalgo y Costilla, un hombre preparado, de pensamiento liberal, con principios congruentes y correspondientes a su condición de criollo (empresario y comerciante) y un gran líder como ser humano, que supo amalgamar ese gran descontento de todas las clases sociales que habitaban en la Nueva España, iniciando así esta lucha por la independencia, buscando un cambio auténtico para dejar atrás ese viejo sistema feudal que dominaba aún en las colonias.
En esta primera fase del movimiento, también participan: Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo, el Corregidor Miguel Domínguez, su esposa Josefa Ortiz, ellos como muchos otros héroes anónimos del pueblo que dieron sus vidas para conformar este nuevo país.
Toda esa efervescencia en la Nueva España era una repercusión de lo que ocurría en Europa debido a las teorías liberales, a la revolución francesa y a la invasión de Napoleón Bonaparte a España, utilizada como tránsito para llegar a Portugal y así, no permitir a Gran Bretaña que comerciara con el continente europeo.
Este hecho, como los conflictos sucesorios entre el rey Carlos IV y su hijo Fernando, hacen que Napoleón decida quitar a los Borbones y nombrar a su hermano José Bonaparte como rey de España (de 1808 a 1813). Lo que genera una gran agitación entre los españoles, empezando una guerra de independencia española.
Esto influye para la proclamación de la Constitución de Cádiz que proponía cambios muy importantes en el sistema, los cuales no les convenían a los sectores dominantes como eran el alto clero de la iglesia católica, los militares y la aristocracia, ésta, es promulgada en marzo de 1812 con una vigencia de 2 años. Todo esto impacta a todas las colonias de América, para su liberación.
Volvamos a la Nueva España, que si bien, estos levantamientos independentistas sufren una tremenda derrota con el fusilamiento de los personajes más importantes en 1811, este no fue el fin, porque ya habían germinado las semillas de estos movimientos y había sublevaciones en varias partes del país.
Empezamos con la segunda fase de nuestra independencia (1811-1815), donde los personajes están inmersos en una mística de libertad, congruencia de principios y valores de una nueva élite de héroes como Don José María Morelos y Pavón, que fue un excelente estratega, político, ideólogo, que luchó realmente por mejorar las condiciones de los que menos tenían y por consolidar una patria libre y soberana. Pero como Morelos también había otros personajes: Vicente Guerrero, la familia Bravo, los hermanos López Rayón; los hermanos Galeana, Mariano Matamoros, Fray Servando Teresa de Mier, entre otros mucho soldados y guerreros que lucharon siempre por los mismos principios de libertad.
En España, después de una serie de luchas, es expulsado José I Bonaparte, por lo que regresa como monarca absoluto Fernando VII, en marzo de 1814.
Esta sería la tercera fase en la Nueva España; después de ser fusilado don José María Morelos y Pavón, en diciembre de 1815, el movimiento queda mermado, pero siguen con la lucha personajes como Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria, y otros, que al igual que en las dos fases ya mencionadas, se caracterizan por su congruencia e ideales patrióticos. Cambian su estrategia, iniciando una guerra de guerrillas con ataques breves pero fulminantes en las sierras de Guerrero, Morelos, Michoacán, Puebla, Oaxaca y Veracruz, en las que no le dan tregua al ejército realista.
En este periodo el ejército realista se refuerza, por lo que tiene más control, en cambio el ejército insurgente se ve debilitado y desgastado, pero nunca pierde su grandeza de convicciones y principios de seguir en la lucha para lograr la independencia de este país, a costa de sus propias vidas, negando los indultos que les ofrecen.
Recordemos que Fernando VII derogó la Constitución de Cádiz a su regreso, pero a principios de 1820, el ejército liberal español al mando de Rafael del Riego, hace que el rey reconozca dicha constitución, iniciando así el Trienio Liberal, periodo importante para concretarse la independencia de las colonias de América.
Este hecho genera un gran revuelo entre las clases dominantes de la Nueva España, como son: el clero, la aristocracia y la milicia, porque al estar nuevamente vigente la Constitución de Cádiz, iba a afectar sus intereses y eso no les convenían, ya que proponía entre otros aspectos: la desamortización de los bienes de la iglesia, eliminar los fueros militares y clericales, la desaparición de las órdenes monásticas y hospitalarias, reducción de conventos y otros, por lo que perderían muchos de sus privilegios.
En Nueva España, el alto clero, la aristocracia y el ejército, representantes principales de estas clases reaccionan. El obispo Matías Monteagudo y el virrey Juan Ruiz de Apodaca, deciden reunirse clandestinamente organizando “la Conspiración de la Profesa”, en la que resuelven que, al independizarse de España, ya no les afectaría dicha constitución.
Para esto, seleccionan a Agustín de Iturbide, un militar del ejército realista, que siempre luchó contra los insurgentes de manera despiadada, además era un hombre ambicioso que supo sacar provecho de todo lo que hacía, en pocas palabras era un mercenario.
Iturbide se dirige a negociar con Guerrero, pero éste no le cree y le contesta que solo le queda seguir luchando por la independencia, hasta conseguirla o morir en el intento, ya que su lema era “Libertad, independencia o muerte”, pero Iturbide insiste, hasta que lo convence y se reúnen dándose el famoso “Abrazo de Acatempan”, donde se unen las tropas liberales y las realistas, conformando el Ejército Trigarante.
El 24 de febrero de 1821, firman el “Plan de Iguala”, fundamentado en 3 garantías: La Independencia de México, la unión de todos los grupos sociales, y el establecimiento de la religión católica como la única permitida. Pero este plan era contradictorio, y solo manifestaba su ambición de poder, y atacar a los insurgentes, ya que hablaba mal del Padre de la Patria, con lo que Guerrero no estaba de acuerdo, además proponía la independencia, pero al mismo tiempo ofrecía a Fernando VII, el trono de México, que es rechazado por el propio rey, pero a final de cuentas propone una monarquía imperial, que lo llevaría a realizar su ambición, como emperador de México. En cambio la posición de Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria era la de contar con una república liberal, totalmente independiente de España.
Se lleva a cabo la firma de los “Tratados de Córdova”, el 24 de agosto, donde se acuerda la Independencia de México y la retirada de las tropas españolas del país, participando Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú, como jefe político superior de Nueva España.
Después de esto, Iturbide realiza su entrada triunfal a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821, con el Ejército Trigarante, consumándose así la Independencia de México, al día siguiente se firma el Acta de Independencia, que por cierto no la firma ninguno de los insurgentes, pero queda consolidada nuestra Independencia Mexicana, como país libre y soberano.
Y les dejo la pregunta ¿hoy somos, realmente independientes?
