Por: Laura Aldana
El pasado lunes 21 de diciembre de 2020, fue aprobado por el Ayuntamiento de Naucalpan, con inminente urgencia, el Plan de Desarrollo Urbano para el Municipio, en lo que fue un albazo. Ya que apenas tres días antes se había recibido el dictamen de congruencia del Gobierno Estatal.
El plan fue aprobado estando a un paso de adoptar medidas de semáforo rojo, y en el filo de iniciar el periodo vacacional, sin una revisión en pre cabildo para conocer los resultados de la consulta ciudadana y sin saber si fueron integradas todas las propuestas ciudadanas (únicamente se enviaron los documentos de forma digital tres días antes).
Sumado a todo esto, hay que evidenciar el rechazo social expresado en manifestaciones ciudadanas en contra del PMDU.
Pese a lo anterior, se aprobó el plan y con ello se justificó su instrumentación para mantener rentables las inversiones del grupo privilegiado de siempre, pero, vacío de acciones prioritarias para la población mayoritaria del municipio.
Ahora bien, este plan se sustenta en tres líneas básicas, que son:
– Para las Áreas Urbanizadas
Se planea en el sentido de buscar una repoblación con segmentos de mercado económicamente rentables, es decir de clase media de buenos recursos.
Para eso se propone alentar la inversión en vivienda que cumpla las características que demanda este segmento del mercado, aprovechando la cercanía con la Ciudad de México. Argumentando el envejecimiento de la población y el abandono de la industria, lo cual deriva en más desarrollos
Es asombroso que se establezca como causa del cambio de actividad del municipio un descuido de las autoridades, ya que, nos hace suponer que están tratando de disfrazar el motivo real de esta modificación, para esconder las verdaderas razones estructurales que lo generaron, el modelo económico capitalista que tenemos.
Si suponemos que la llegada explosiva a Naucalpan de la actividad industrial, fue producto de una planeación concienzuda de parte de las autoridades estatales o municipales, por allá de los años 40’s, y 50’s, quienes con gran visión planeadora programaron ese gran desarrollo, nos estamos equivocando.
Todos sabemos que obedeció a una postura de desarrollo económico nacional en su disparo por competir en el mercado internacional, posterior a la Segunda Guerra Mundial. Esto le permitió a México, insertarse en ese concierto capitalista, buscando una salida rápida que diera respuestas inmediatas y rentables a las necesidades del mercado nacional e internacional.
– Para las Áreas para Desarrollo
La segunda estrategia planteada por el Plan se refiere a la utilización de áreas aún libres de urbanización con las que cuenta el municipio, pero que pueden ser susceptibles de urbanización si se someten a los lineamientos que establece el presente plan de sustentabilidad y soporte para realizarlos.
Es un verdadero atrevimiento el intentar invadir las pocas áreas que le corresponde al municipio que aún están libres y que significan un respiro para mantener los niveles de habitabilidad, que demanda la ONU para este efecto.
Con esta visión desarrollista, que proviene del gobierno estatal y es aceptada sin chistar por los voraces desarrolladores locales y avalado por los lacayos integrantes del gobierno municipal, se tiene la posibilidad de hacer desarrollos urbanos mixtos en el territorio “sin afectar el equilibrio ecológico”, ¡vaya proeza capitalista!
– Áreas no Urbanizables
Este apartado será un espacio intocable, por lo que debe mantenerse fuera de las manos de la urbanización, ya que para lo único que sirve en el plan es para que se utilice como amenaza y así lograr su instrumentación.
Por otro lado, hay otros puntos del plan que son simples distractores (como los ecológicos, culturales y sociales), ya que se presentan con una visión tramposa, casi de buena voluntad y carecen de un sustento real de aplicación. Por ejemplo, se habla de crear una política de limpieza de los ríos y barrancas del municipio, pero no se dice cómo se hará realidad.
La política actual, al servicio de la burguesía, se fundamenta en atender a los mercados de mayor potencialidad económica y como gancho es que se diseñan ofertas que son inviables. Por otro lado, se olvidan de atender las necesidades urgentes en las que no existe margen de ganancia por representar un beneficio social.
En ningún momento nos hemos manifestado en contra del desarrollo o nos hemos negado a los cambios, por el contrario, entendemos la dialéctica como un cambio constante, nuestro municipio ha cambiado a lo largo de las últimas décadas. La cuestión es, ¿este desarrollo a quién va a beneficiar? ¿Este plan contiene una visión de desarrollo en beneficio de la mayoría del pueblo trabajador, mejorando sus condiciones de vida? ¿O va a beneficiar a unos cuantos negocios?
Nosotros creemos que un mundo distinto es posible, que el bienestar, la justicia y la democracia pueden estar por encima de los negocios y sus jugosas ganancias para unos cuantos.
