¿HOY EN DÍA NO ES POSIBLE UN PROYECTO POLÍTICO SOCIALISTA?

E. Dussel está concibiendo que el Estado es de todo el pueblo, y, por tanto, su concepción es contraria a la de Marx, Engels y Lenin.
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por Antonio Tovar León

En una charla para el periódico “La Jornada”, Enrique Dussel, considerado uno de los “grandes marxistas” de América Latina, entrevistado por la periodista Mónica Mateos-Vega, hace la afirmación de que: “Hoy día no es posible un proyecto político socialista”1.

Para sustentar tal afirmación, E. Dussel argumenta que: “Karl Marx no vio el problema del feminismo, la ecología o el de las culturas originarias”.

Pero, además, E. Dussel presume de haber leído a Marx en alemán, lo que le da, según él, autoridad para afirmar por qué “en estos momentos no es posible un proyecto socialista en el país (en México), dado que el socialismo fue muy eurocéntrico, leninista, soviético, ortodoxo, que no entendía América Latina”.

En primer lugar, hay que recordarle a E. Dussel que el socialismo, como sistema económico y político, existió por primera vez en Rusia, el país más atrasado de Europa, y en el que no estaban desarrolladas al máximo las fuerzas productivas capitalistas. Y fue posible llevarlo a cabo por la acción revolucionaria del partido Bolchevique, que fue consecuente con los acuerdos del “El Congreso Socialista Internacional de Stuttgart, celebrado entre el 18 y 24 de agosto de 1907, y el manifiesto del Congreso Socialista Internacional Extraordinario, celebrado en Basilea el 24 y 25 de noviembre de 1912”. Que en términos generales planteaban que “en caso de que la guerra sea desembocada, los obreros de los distintos países deben procurar…con todos los medios aprovechar la crisis económica y política provocada por la guerra para agitar a las masas populares y acelerar el hundimiento de la dominación capitalista de clase”. Es así como el partido Bolchevique dirigió la Revolución de octubre de 19172, con la se creó el primer Estado socialista.

Si la crisis económica y política provocada por la primera Guerra Mundial fue aprovechada para hacer la revolución en Rusia y crear el primer Estado socialista, la crisis económica y política de la Segunda Guerra Mundial se aprovechó para, mediante una serie de revoluciones, conformar el bloque socialista3.

En segundo lugar, el socialismo debe entenderse como la doctrina y la bandera ideológica de lucha del proletariado contra la burguesía y el sistema económico capitalista, pues la burguesía también tiene su bandera de lucha. Precisamente, la burguesía para enfrentar los privilegios del alto clero y la aristocracia feudal, así como la falta de democracia y de libertad, enarboló el liberalismo económico y filosófico como su bandera de lucha.

Una cosa es la doctrina socialista y otra el sistema político y económico del socialismo. Ni Francia ni España, gobernadas por presidentes socialistas4, se les puede considerar naciones socialistas, pues en ningún momento se aniquiló el Estado capitalista en esos países, ni mucho menos se abolió la propiedad burguesa. El socialismo no es de palabra es de hechos.

En tercer lugar, Dussel utiliza, en el mismo sentido, el socialismo y el marxismo al afirmar que “el socialismo no comprendía a América Latina”. Dicha aseveración es muy ambigua, pues puede entenderse que América no fue considerada, no por el socialismo sino por el marxismo, y si este fuere el caso, deberíamos preguntarle a E. Dussel ¿Por qué el socialismo fue eurocéntrico? ¿Qué el socialismo no existió también en países de Asia y América? ¿Acaso el socialismo no es un sistema económico contrario al capitalismo? Y ¿En los países de América latina no existe el capitalismo? ¿Qué en la actualidad no está instaurado el capitalismo en la mayoría de los países del mundo, si no es que en todos?

Los problemas de pobreza, desigualdad, inseguridad, violencia, etcétera, que afectan a la mayoría de las personas de los países pobres de América Latina, África y Asia no se deben a que el socialismo no comprenda a América, más bien, se debe a que el capital imperialista de siete Estados explota a los cientos de millones de personas pobres de los tres continentes, pues la explotación del hombre por el hombre también se da de nación a nación. En el caso particular de México, no se nos debe olvidar las tres intervenciones que sufrió por parte de Estados Unidos y dos de Francia. En la intervención de 1846 a 1848, el imperialismo norteamericano nos arrebató más de la mitad de nuestro territorio; y, con la intervención francesa de Napoleón III de 1861 a 1867, se pretendía imponer un imperio en México con Maximiliano de Habsburgo, así como frenar el crecimiento de los Estados Unidos. Además de estas intervenciones, podríamos citar una larga lista, en la que los Estados Unidos ha intervenido en los países de América Latina y de los demás continentes, poco más de 50.

E. Dussel está de acuerdo en “la crítica del capitalismo de Marx, pero un proyecto político hoy no es posible que sea ya socialista, tiene que ser otra cosa”. “Cuando alguien dice ‘lucha de clases’, estás bien, pero los obreros no están en la punta de esa lucha de clases. Hoy están otras personas, otros sectores. La categoría fundamental no es la clase, es el pueblo, y ahí si me agarro con cualquiera, porque dicen que pueblo es muy indefinido y parece populismo. No.” “Pueblo es algo muy preciso, pero complejo. Mi política de la liberación es del pueblo, y ahí hay una gran coincidencia con la manera que el presidente Andrés Manuel López Obrador presenta las posibilidades de la política”

Si E. Dussel presume de haber estudiado a Marx en alemán, debe saber que en el Manifiesto del partido Comunista, C. Marx y F. Engels, en el primer capítulo hablan de la lucha de clase, al señalar que “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de clase”. “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos…” “En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una completa diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y, además, en casi todas estas clases todavía encontramos gradaciones especiales”5.

Con esto queda claro que tanto Marx como Engels estaban considerando que en las distintas sociedades, que vemos desfilar por la historia de la humanidad, existe una diversidad de clases sociales, y en estas clases se pueden encontrar aún más gradaciones especiales, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. Lo que E. Dussel debe entender es que, cuando Marx y Engels hablan de la lucha de clases, están haciendo referencia a las clases sociales antagónicas, que tienen intereses económicos contrarios e irreconciliables.

Además, si E. Dussel ha estudiado a Marx, debe saber que, cuando C. Marx y F. Engels hablan del proletariado están haciendo referencia a la clase moderna y actual de trabajadores que no poseen medios de producción, y, por tanto, si no quieren perecer de hambre, tienen que vender su fuerza de trabajo a los burgueses, a los dueños de los medios de producción. Al respecto de esto, C. Marx en Glosas Marginales al Programa del Partido Obrero Alemán señala: “que el hombre que no dispone de más propiedad que su fuerza de trabajo, tiene que ser, necesariamente, en todo estado social y de civilización, esclavo de otros hombres, de aquellos que se han adueñado de las condiciones materiales de trabajo. Y no podrán trabajar, ni, por consiguiente, vivir, más que con su permiso”6.

Por consiguiente, un proletario es un asalariado —obrero, jornalero, panadero, chofer, piloto, profesor, médico, ingeniero, administrador, etcétera—. Sólo aquellos profesionistas, carentes de medios de producción, que no tienen conciencia de clase, niegan ser proletarios o asalariados.

Por supuesto que cada sector de la sociedad (como los llama Dussel) – obreros, feministas, indígenas, estudiantes, maestros, etcétera- tienen intereses propios y, desde luego, que algunos de estos sectores se organizan y luchan por conquistar la solución a sus demandas, pero todas las personas que integran estos sectores, de una u otra manera son explotados por los capitalistas. Es por esto que debemos identificar, en cada sociedad en concreto, las clases sociales cuyos intereses económicos son antagónicos e irreconciliables. De no hacer esto, la lucha que los diversos sectores sociales llevan a cabo será en el marco de la política de la democracia burguesa; será una lucha por demandas sociales y económicas sin que con ella se afecte el orden social burgués, el capitalista.

En cuanto a las posibilidades de la política que plantea Andrés Manuel López Obrador, con las que coincide E. Dussel, habría que caracterizar dichas políticas y a quién convienen estas.

Para nadie es desconocido el hecho de que la política social que lleva a cabo el gobierno de López Obrador, en beneficio de los sectores más vulnerables7, tiene como propósito fundamental frenar el descontento social, desarticular la lucha de los diversos sectores de la sociedad, para que estos no desemboquen en un estallido social que ponga en riesgo la estabilidad del orden burgués. Dicho en otras palabras, la política social de López Obrador no es otra cosa que la administración de la pobreza, política que no quisieron, o no fueron capaces de llevar a cabo los políticos tecnócratas neoliberales del PRI y el PAN.

Si E. Dussel presume de “saber el marxismo porque lo estudio a fondo, de manera muy estricta, durante 10 años”, míninamente debería conocer la concepción que del Estado tuvieron Marx y Engels. En este asunto, los marxistas serios entienden y saben que el Estado tiene un carácter clasista, que su naturaleza es de clase. Así, por ejemplo, en el mundo antiguo fue el Estado esclavista, en la Edad Media el Estado feudal, y en la actual sociedad burguesa el Estado capitalista. El Estado es ante todo un poder, es el instrumento de represión que utiliza la clase social, dueña de los medios de producción, para explotar y someter a los trabajadores, carentes de todo medio de vida. El Estado nació en el seno mismo de la sociedad.

F. Engels, en El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, señala que el Estado “es la confesión de que esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo misma y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es impotente para conjurar. Pero a fin de que estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna, no se devoren así mismas y no consuman a la sociedad en una lucha estéril, se hace necesario un poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantenerlo en los límites del orden. Y ese poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y se divorcia de ella más y más, es el Estado”8.

Al pretender E. Dussel, que “el Estado defienda al pueblo, y que lo defienda de las potencias extranjeras”, está concibiendo que el Estado es de todo el pueblo, y con esta idea está negando la naturaleza clasista del Estado, y, por tanto, su concepción es contraria a lo que sostuvieron Marx, Engels y Lenin.

Según E. Dussel, su posición “No es izquierda extrema que disuelve el Estado porque es anarquista, al contrario. Tenemos que fortalecer al Estado para que haya alimentación, salud y defensa de los intereses”.

Si E. Dussel conociera y comprendiera la doctrina marxista, se habría dado cuenta de que el proletariado, en una revolución socialista, no disuelve al Estado capitalista, sino que lo destruye, sustituyéndolo con el Estado de los trabajadores asalariados y estableciendo la dictadura del proletariado, que es la más amplia democracia del pueblo. Y, el Estado del proletariado al paso del tiempo se extinguirá, cuando todos los medios de producción sean socializados.

Precisamente, la diferencia entre el socialismo científico y el anarquismo radica en la posición que asumen frente al Estado. Mientras los socialistas plantean la destrucción del Estado burgués y su sustitución con el Estado del Proletariado, los anarquistas, que están de acuerdo con la revolución y la destrucción de Estado, no están de acuerdo en la sustitución del Estado capitalista con la dictadura del proletariado, pues los anarquistas no veían la pobreza y miseria de los trabajadores en el sistema económico sino en la existencia del Estado.

E. Dussel habla de que “Es un proyecto popular, pero no populista, que en el futuro superará al capitalismo, a la modernidad eurocéntrica a partir de las tradiciones, tanto de árabes, chinos, bantúes, africanos, y nosotros desde nuestra cultura latinoamericana; México, sobre todo, desde su espléndida historia de 7 mil años que se desprecia todavía. La lucha no es fácil, habrá que seguir siendo crítico, y latinoamericano. Tenemos que poner los fundamentos de la creación de un nuevo tipo de cultura, una nueva sociedad y economía política. Para eso es la filosofía de la liberación”.

Con esta afirmación que hace E. Dussel, está negando la realidad existente, que no es otra que la instauración del capitalismo en mundo. Precisamente, en el ocaso del feudalismo, su tercera etapa del siglo XV al XVIII, que a la vez es la primera etapa del capitalismo, en su fase de economía mercantilista, es cuando inicia la expansión del capitalismo en todo el mundo.

Con el descubrimiento de América, primero, y después con la conquista y la colonización, los españoles destruyeron el mundo de las culturas mesoamericanas, imponiendo a estas un sistema económico basado en la “encomienda” —repartición de tierras con todo y personas para los españoles peninsulares— y a la población sobreviviente, con la espada y la cruz se les impuso la religión católica, y para afianzar esta, sobre los templos aztecas se erigieron ermitas de la fe cristiana.

En el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels afirman que la burguesía “en donde quiera que ha conquistado el poder, ha destruido las relaciones feudades, patriarcales, idílicas” … “Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus mercancías, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita… establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes” … “Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta las más bárbaras” … “Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción” … “En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza”9.

E. Dussel, al igual que otros académicos (marxistas legales), se aferran a construir una mejor sociedad sobre la base de las culturas prehispánicas, las cuales, debemos decir ya no existen en su pureza natural, pues una cultura, al entrar en contacto con otras, por conquista o cualquier otra causa, se puede terminar o se puede mezclar y esto puede ocasionar que se vaya extinguiendo al paso del tiempo o que se enriquezca.

Hoy en día, bajo el orden social burgués muchas costumbres y tradiciones del pasado han desaparecido, para dar nacimientos a otras: las que requiere y le son útiles a la economía capitalista.

E. Dussel habla de eurocentrismo, pero ¿qué acaso las ideas del liberalismo económico y filosófico, que inspiraron a los ejércitos insurgentes de Hidalgo, Morelos, Simón Bolívar, Sucre, José de San Martín para independizar las colonias españolas, no provenían de Europa? Claro que sí, y no podía ser de otra manera, si consideramos que el capitalismo estaba más desarrollado en el “viejo” continente, pues las ideas no brotan de las mentes brillantes, sino de la realidad. Al respecto de esto, Engels en su libro Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico, en el capítulo III, señala que “La concepción materialista de la historia parte de la tesis de que la producción, y tras ella el cambio de sus productos, es la base de todo orden social” … “Según eso, las últimas causas de todos los cambios sociales y de todas las revoluciones políticas no deben buscarse en las cabezas de los hombres … sino en las transformaciones operadas en el modo de producción y de cambio” … “Han de buscarse no en la filosofía, sino en la economía de la época de que se trata”10.

Cuando E. Dussel habla de que se requiere elaborar un nuevo sistema económico y político, que debe ser “otra cosa”, pero no socialista ni capitalista, lo cual es una ambigüedad, está admitiendo su confusión respecto del marxismo y el socialismo. Pues el socialismo no solo sí es posible, sino también es una necesidad, y no solo para México o para un conjunto de países sino para toda la humanidad. Pues el socialismo busca acabar con toda forma de explotación y opresión, del hombre por el hombre, y de una nación sobre otra.

Para concluir, diremos que el objetivo último de la lucha de los trabajadores del campo y la ciudad es la emancipación del hombre y la mujer, para que crezcan y se desarrollen plenamente, y la construcción del socialismo es la condición básica para que dicha liberación sea posible.

Febrero 22 de 2022

Notas:

2 Para conocer cómo se dio el proceso de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, es recomendable leerse las “Cartas Desde Lejos” y “Las Tareas del Proletariado en la Presente Revolución” (también conocidas como “Tesis de Abril”) en “Obras Escogidas de Lenin en 12 Tomos”. Tomo VI, págs. 194-257. Ed. Progreso, Moscú.

3 Los países que conformaron el “bloque socialista” fueron: Alemania del Este, la Unión Soviética, Checoslovaquia, Bulgaria, Albania, Hungría, Rumania, Polonia, Yugoslavia (posteriormente integró a los países no alineados). Pero también se consideraban socialistas, o simpatizantes con el socialismo a: China, Cuba, Vietnam, Corea del Norte, Mongolia, Etcétera.

4 François Mitterrand, Secretario General del Partido Socialista francés, gobernó Francia del 21 de mayo de 1981 al 17 de mayo de 1995; el Partido Socialista Obrero Español, se convirtió en uno de los dos partidos políticos mayoritarios de España, junto con el Partido Popular, habiendo gobernado los “socialistas” el país durante mayor parte del régimen constitucional iniciado en 1978, con las presidencias de Felipe González (1982-1996), José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011) y Pedro Sánchez (2018-).

5 C. Marx y F. Engels, Obras Escogidas en Tres Tomos. Tomo I, “Manifiesto del Partido Comunista” pág. 111. Ed. Progreso Moscú.

6 C. Marx y F. Engels, Obras Escogidas en Tres Tomos, Tomo III, “Glosas Marginales al Programa del Partido Obrero Alemán” págs. 9-10. Ed. Progreso, Moscú.

7 Los programas sociales, de gobierno de López Obrador, están orientados a paliar la pobreza para evitar un posible estallido social. Los principales son: Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños hijos de Madres Trabajadoras; Producción para el Bienestar; Crédito Ganadero a la Palabra; Tandas para el Bienestar; Sembrando Vida; Jóvenes Escribiendo el Futuro; Jóvenes Construyendo el Futuro; Programa de Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores.

8 C. Marx y F. Engels, Obras Escogidas en Tres Tomos, Tomo III, “El Origen de la Familia la Propiedad Privada y el Estado”. Pág. 344. Ed. Progreso Moscú.

9 C. Marx y F. Engels, Obras Escogidas en Tres Tomos. Tomo I, “Manifiesto del Partido Comunista” pág. 114-115. Ed. Progreso Moscú.

10 C. Marx y F. Engels, Obras Escogidas en Tres Tomos, Tomo III, “Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico”. Pág. 141. Ed. Progreso Moscú.

 

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