EL ROCK Y LA CENSURA EN MÉXICO

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por José Luis Alba

A finales de la década de los años 50’s llegó a México el rock and roll, principalmente como una moda mundial nacida en el país de nuestros vecinos del norte, Estados Unidos.

En esta década se grabó el primer disco sencillo de rock and roll en español, a cargo de la actriz y vedette, Gloria Ríos, el tema fue “el relojito”, versión en español del tema rock around the clock de Bill Haley y sus cometas.

A partir de la influencia cultural y artística de artistas como Elvis Presley, Bill Haley, entre otros, poco a poco se inundaron las grandes ciudades con chavos peinados con vaselina y grandes copetes, vestimentas de cuero y con motocicletas (al estilo rebelde). Dando paso al surgimiento de una generación de grupos locales que tenían como escenario lugares pequeños, fiestas familiares, centros nocturnos, salones de baile y eventos donde se citaban a tomar café y escuchar y cantar rock and roll.

Es en esa época cuando surge la primera camada de agrupaciones de músicos no profesionales que tocaban instrumentos y creaban sus propias melodías, los camisas negras, los teen tops, los locos del ritmo los rebeldes del rock, entre otros. Aunque el contenido de sus letras era de corte romántico y cotidiano, como fenómeno social, el rock comenzaba a tomar fuerza ante los criterios de la sociedad conservadora de la época. En ese sentido destaca la aparición del tema ‘”ven cerca” a cargo de Spitfires, grupo donde la cantante era Julissa, en dicho tema la sociedad conservadora se escandalizó, argumentando que era sexualmente sugestiva la peculiar interpretación de la cantante.

De esta generación de grupos cabe destacar que los medios de comunicación tomaron el mando de la difusión del contenido. De inicio, el rock and roll se convirtió en el gran negocio mediático, dando entrada el cine y la radio a dichos artistas. Todo era regulado, todo bajo su control y supervisión, los medios separaron a los grupos ofreciendo contratos solo a los estelares de cada agrupación, es por eso que Enrique Guzmán, actualmente es más conocido que los teen tops, o César Costa que los camisas negras, y así los medios se apoderaron de ese movimiento creando un género totalmente de corte burgués.

CONTRACULTURA

En 1968, en San Francisco California, surgió un movimiento de carácter de oposición a las tendencias y formas sociales y culturales establecidas por el capitalismo.
No obstante, el movimiento contracultural no buscaba poder político si no la demanda de la vida en libertad. Es en este proceso donde dentro del rock comienza a haber contenido contestatario y de demanda social en las letras, y comienza a ser un elemento importante, en un momento en que la sociedad demandaba paz, liberación sexual (de la mujer), liberación de los negros y los homosexuales y libertad.

Es en este periodo donde se comienzan a usar las drogas como fuente de inspiración para crear cualquier expresión artística o cultural, y surge la primera tribu urbana llamada hippies. Dicho movimiento llegó a todos los países donde la juventud se identificaba con el deseo de emanciparse de la opresión, a través de la anarquía no violenta y el rechazo al materialismo y la hipocresía sexual.

EL ROCK SE VUELVE CLANDESTINO

Ya en la década de los 70´s, el rock mexicano adopta el carácter de rock chicano, que aunque se tocaba y grababa en el país, se cantaba en inglés, debido a que para muchos productores era impensable que pudiera sonar o pegar el rock en español. Ésta fue una de las causas principales para que algunos sectores sociales, sobre todo los conservadores, señalaran al rock como una mala influencia para la juventud, dejando fuera del aire cualquier programación que incluyera contenido de este género y recluyéndolo a sitios clandestinos.

El percusor de este subgénero denominado rock chicano es sin duda el concierto de rock y ruedas de Avándaro, donde se dieron cita el 11 y 12 de septiembre de 1971 algunos grupos de rock, con el fin de amenizar una carrera de autos en el pueblo de Avándaro Valle de Bravo.

Dicho evento terminaría convirtiéndose en la culminación de la primera etapa del rock mexicano, ya que su trascendencia tanto musical, social y hasta política, hicieron que se le pudiera comparar con el concierto de Woodstock, celebrado en Estados Unidos dos años atrás.

Three souls in my mind, el ritual, peace and love, tinta blanca, fachada de piedra, entre otros, dieron vida a lo que se convertiría en el máximo referente de los conciertos masivos en la historia de nuestro país, pues se estima que asistieron más de 200 mil personas de varios países. Esto provocó que las autoridades pusieran atención al fenómeno que en ese momento acontecía, pues pensaban que tal cantidad de gente (sobre todo jóvenes) podrían manifestarse en contra del Estado.
El clímax del concierto (y que sin duda derivó en la prohibición o censura de cualquier evento masivo de rock) fue cuando en la participación de peace and love, mientras tocaban we got the power, el cantante gritó “chingue a su madre el que no cante”, esa parte de la rola en español dice “tenemos el poder”. Hasta ese momento se había transmitido el concierto por televisión abierta, ahí cortaron la transmisión. Dos días después, el Gobierno Federal ordenó la cancelación de conciertos de rock, prohibió a estaciones de radio programar música de este género y obligó a las disqueras a no grabar bandas de rock, y a la prensa se le encargó satanizar al festival.

LOS HOYOS FUNKY

El temor del Gobierno a cualquier manifestación por parte de la población afín a este género, dio como resultado la marginalidad y confinamiento a lugares clandestinos. Luego del festival de Avándaro, los conciertos se realizaron exclusivamente en los hoyos funky. Se trataba de improvisar lugares como casas en abandono, cines, teatros fuera de función, fábricas vacías, etc. Estos lugares eran los únicos donde se podía escuchar rock hecho en México. Debido a la influencia de las grandes bandas extranjeras y a la oleada inglesa en las bandas mexicanas (en su gran mayoría fronterizas), la calidad de la música en esa década fue bastante buena, solo que la censura la condenó a ser la década perdida del rock.

LA PROHIBICIÓN

Debemos recordar que el presidente en turno de esa época era Gustavo Díaz Ordaz, quien ordenó la matanza de estudiantes en el año 1968. Como presidente de la República decía que los jóvenes representaban una amenaza para el capitalismo por tener ideales comunistas, cuando en realidad solo demandaban un poco de libertad de expresión, la cual encontraban en el arte y la cultura. Sin embargo, Díaz Ordaz aseguraba que el género de rock despertaba rebeldía en los jóvenes, razón por la cual prohibió que se escuchara música de este género en estaciones radiofónicas de la época.

No obstante, quien en realidad prohibió la difusión del rock fue Luis Echeverría. En el inicio de su gestión como presidente ocurrió otro acontecimiento violento e histórico contra otro grupo de estudiantes que apoyaban a estudiantes de Monterrey en sus demandas, en esa ocasión murieron 120 estudiantes (de entre 14 y 22 años), a este hecho tan cobarde se le conoce como el Halconazo o jueves de corpus. Ahí comienza una larga etapa de oscurantismo: en 1973 Luis Echeverría prohibió los conciertos de rock en grandes escenarios y lugares públicos y determinó penalizar a las estaciones radiofónicas que transmitieran rock en español. Fue este expresidente quien llamó a los organizadores y participantes del festival de Avándaro “traidores a la patria”.

Sexo, drogas y degenere, todo en contra de las buenas costumbres y la moral de aquella sociedad hipócrita y conservadora de doble moral…

De este modo se puede ver cómo es que los gobiernos recurren a todo su poder y fuerza para someter y reprimir cualquier clase de organización o movimiento que ponga en riesgo sus intereses económicos y políticos.

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Construyendo Conciencias
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