TEORÍAS ECONÓMICAS BURGUESAS

¡Comparte este contenido!

por Antonio Tovar León

El orden social capitalista, que emergió de entre las ruinas del feudalismo, tiene su sustento ideológico en el liberalismo económico y político. Y no podía ser de otra manera, pues el régimen feudal, que aparece en Europa tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 395, no constituía una unidad política como lo fue el Imperio, por el contrario, reinaba la anarquía en la inmensa cantidad de Estados feudales, además de que numerosas ciudades del Imperio fueron arruinadas por la invasión de los bárbaros.

Como parte de la anarquía que prevalecía en la Edad Media debemos decir que los impuestos, tributos y rentas eran cuantiosos y diversos (1). Los vasallos estaban obligados a pagarlos al rey, a la iglesia o a su señor. La monarquía, para cubrir sus cuantiosos gastos, desarrolló un modelo tributario consistente en prestaciones personales que se pagaban en especie, en trabajo o en ambas modalidades

Las ciudades arruinadas por la invasión de los bárbaros comienzan a resurgir y enriquecerse a partir del siglo XI (inicio de la Alta Edad Media) debido al comercio que se desarrolla en ellas, lo que propició que los burgueses (habitantes de los burgos) comenzaran a formar ligas para pactar con el señor feudal los impuestos que debían pagar, así como las tarifas de multas, y no como antes, que estaban al arbitrio del señor feudal.

Más tarde, las ciudades conquistaron sus libertades, por compra, rebeliones, o por concesiones. A menudo las ciudades se aliaban al rey para conseguir sus libertades contra el señor feudal. Una vez adquirida su libertad podían gobernarse a sí mismas, constituyendo verdaderas repúblicas —comunas en el norte y municipios en España—.

Los feudos se convierten en una traba, un obstáculo para el desarrollo del comercio y la industria, es así que vemos aparecer las ideas del liberalismo económico que establece la no intervención del Estado en la vida económica, y el liberalismo político que plantea la abolición de las monarquías como formas de gobierno de un Estado, para ser sustituidas por las repúblicas democráticas burguesas.

Si en el pasado los modos de producción esclavista y feudal tuvieron un sustento ideológico en sus grandes pensadores (Sócrates, Platón, Aristóteles, Santo Tomás, etcétera), en la actualidad, el capitalismo también tiene a sus defensores: los ideólogos burgueses que lanzan una gran cantidad de argumentos para justificar la existencia del orden social capitalista, tratando de ocultar las contradicciones de dicho sistema, y ocultar las verdaderas causas de las crisis económicas capitalistas.

Entre las teorías económicas burguesas, que son bastantes, sólo mencionaremos las siguientes:

En primer lugar tenemos a las teorías pequeñoburguesas, las cuales van dirigidas a combatir, sólo en apariencia, a los monopolios —cartels, sindicatos y trusts— por considerar que su actividad se convierte en un obstáculo para el libre mercado, además de frenar con ello el desarrollo de las fuerzas productivas. Estas teorías, también lanzan la crítica a toda política del Estado que regule o pretenda regular la economía por considerar que esta regulación se lleva a cabo en beneficio de los grandes monopolios.

Debemos decir que estas teorías no sólo expresan el interés de los capitalistas pequeños y medianos, sino que también defienden los intereses de los grandes capitalistas que no forman parte de las agrupaciones monopolistas.

Las teorías económicas fascistas son las más reaccionarias, pues sus ideólogos le asignaron al capitalismo monopolista de Estado el mote de nacionalsocialismo, por encontrar rasgos de socialismo en el control de la economía por parte del Estado fascista. Sus ideólogos lanzaron la consigna de liberar a los pequeños propietarios de la esclavitud del interés. Para ello se dictaron en Alemania leyes que colocaban a los pequeños empresarios en un estado de dependencia total respecto a los monopolios.

Una de ellas fue la ley de organización de los oficios, de acuerdo con ésta, al frente de cada gremio se ponía a un jefe fascista y otra, la ley instituyendo los cártels de producción.

Las teorías económicas revisionistas. Estas teorías aparecen a raíz de que la mayoría de los líderes de los partidos socialdemócratas se pasaron abiertamente al campo de la burguesía, actuando no sólo contra el marxismo—leninismo sino que contra el Estado soviético. Carlos Kautsky, no sólo criticó la dictadura del proletariado en Rusia sino que ensalzó la democracia burguesa, al afirmar que los cártels habían dado como resultado la organización de la producción capitalista. Y para abatir los síntomas de anarquía, el Estado burgués debía regular la órbita de la circulación que nos llevaría al socialismo.

Las teorías de la transformación del capitalismo. El propósito de estas teorías es disuadir a los trabajadores de la lucha revolucionaria. Los sociólogos y economistas burgueses aseguran que el capitalismo actual dista mucho del estudiado por Smith y Marx. El capitalismo actual es corporativo y controlado, no por los propios capitalistas sino por representantes del pueblo, por gerentes asalariados. En el actual capitalismo se ha intensificado la intervención del Estado para planificar la economía nacional. Es así como se acuña el término el capitalismo popular (M. Nadler). Este pensamiento plantea que en el capitalismo actual tiene lugar la dispersión de la propiedad y una democratización del capital mediante la adquisición de pólizas por parte de los trabajadores, con esto desaparecen las clases sociales y sus contradicciones, se nivelan los ingresos y se eliminan las crisis económicas.

El maltusianismo contemporáneo. Trata no sólo de persuadir a los trabajadores de la inutilidad de la lucha contra el capitalismo, sino de encubrir la monstruosa explotación de los pueblos de los países pobres. Los maltusianos se han visto obligados a modificar, en cierto modo, a Robert Malthus, refutando su tesis sobre dos progresiones: no ha tenido lugar un incremento catastrófico de la población, es más en el presente ha disminuido la población, de ahí que los maltusianos aparezcan ahora con la teoría del envejecimiento de la población; una variante de la teoría de la población óptima, sin que sean capaces de determinar ese monto, aunque afirman que nuestro planeta está abarrotado de gente, rebasando las posibilidades de producir sus medios de existencia.

En realidad, según Marx, lo que existe en los países capitalistas es una superpoblación relativa. El régimen burgués impide la plena utilización de las fuerzas productivas existentes y, desde luego, descarta su utilización como medio de favorecer a los trabajadores.

El neoliberalismo, surgido en los años 20’s pero introducido a gran escala en la década de los 80’s. Es una apología más del capitalismo que vuelve al esquema original de la bandera ideológica de capitalismo: la no intervención del Estado en la actividad económica. Es por eso que a partir de la década de los 80’s, con la llegada al poder de Ronald Reagan en Estados Unidos, y Margaret Teaacher en Inglaterra, mediante el plan de la globalización comienza el proceso de desmantelamiento de las plantas productivas nacionales para entregar las empresas públicas al capital privado, principalmente transnacional, así como abolir las conquistas históricas de los trabajadores e instaurar un régimen fiscal tendiente a ampliar la base tributaria mediante la grabación al consumo y disminución del impuesto sobre la renta.

Todas las teorías económicas burguesas pretenden justificar el orden social capitalista mediante el ocultamiento de las contradicciones que encierra dicho sistema económico, al mismo tiempo que pretenden apartar a los trabajadores de la lucha por el socialismo.

Notas

(1) Algunos impuestos, tributos y rentas de la Edad Media:

Las acémilas. Aportaciones de animales de carga para el acarreo de víveres y cargas en campañas militares.

El axadero. Tributo que pagaba toda persona que trabaja con una azada.

Las caballerías. El pago que se hacía anualmente para mantener todo lo relacionado con las mismas (guerreros con montura, equipo de armamento y manutención de los animales).

Las calumnias o calonias. Multas que imponía la justicia en ejercicio de sus funciones.

El carneraje. Tributo que se aplicaba sobre los ganados trashumantes que atravesaban las tierras del reino.

Otro herbaje pagos que se aplicaban sobre los ganados trashumantes que atravesaban tierras, y bosques estacionalmente en busca de pastos.

La cena. Tributo en especie que se pagaba para sufragar los gastos de la corte real itinerante, y cuando la administración real se asentó de forma más o menos estable en la ciudad el tributo fue en dinero.

El diezmo. La décima parte de sus frutos o provechos que los fieles daban a la Iglesia para el mantenimiento del culto y ejercicio del ministerio eclesiástico.

La fonsadera lo pagaban los hombres libres y vasallos en concepto de contribución a la defensa del territorio, así como el trabajo personal que realizaban para mantener en buen estado las construcciones defensivas.

La fossatera. Pagado por quienes estando obligados a ir a la guerra y no lo hacían.

El general o generalidades impuestos que se gravaban sobre la importación y exportación de mercancías y el consumo de la Corona de Aragón.

Las lezdas los peajes que gravaban el tránsito de personas y mercancías por las tierras del reino. Se abona por la compraventa de mercancías o por introducir productos en determinados lugares, pero nunca por salir de ellos, la pagaba el comprador.

El monedaje, es un tributo que se pagaba al soberano por la fabricación de moneda.

El montazgo, impuesto que se recibía por la cesión temporal de los derechos de uso de un determinado bosque o monte.

La pecha, de carácter personal, se carga sobre los bienes muebles e inmuebles de los pecheros, estando exento del pago, nobles, infanzones y eclesiásticos. Después fue sustituido por la yugada, tributo calculado sobre el número de animales y terrenos agrarios: “la yugada”.

El pontaticum o pontazgo peaje que se cobra por usar un puente.

El portazgo. Se cobraba en las puertas de la ciudad y villas por la entrada de productos con motivo de la celebración de ferias y mercados.

La primicia. Obligación de entregar a la Iglesia la cuadragésima y la sexagésima parte de los primeros frutos de la tierra y el ganado.

La sisa impuesto indirecto que consistía en descontar en el momento de la compra una determinada cantidad en el peso o volumen de ciertos productos; la diferencia entre el precio pagado y el de lo recibido era la “sisa” Como gravaba bienes de primera necesidad (pan, carne, vino, harina…) era un impuesto muy impopular.

Total Page Visits: 224 - Today Page Visits: 3
¡Comparte este contenido!
Construyendo Conciencias
Construyendo Conciencias
Artículos: 153