ACERCA DE LA CUESTIÓN DE LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER

¡Comparte este contenido!

por Antonio Tovar León

El tratar el tema de la mujer y su emancipación en la sociedad siempre ha causado bastante polémica, y más aun cuando se aborda mostrando cifras y estadísticas sobre: desigualdad de oportunidades laborales y salariales con respecto a los hombres; violencia física ejercida contra mujeres que en muchos casos termina en feminicidios; desigualdad en el poder y toma de decisiones, etcétera.

En la actualidad, la emancipación de las mujeres sigue siendo una consigna de éstas y factor de movilizaciones de mujeres activistas, pese a que, si no todas, sí un número considerable de mujeres ya ha incursionado en campos y actividades del quehacer humano que antes estaban vedadas para ellas, tales como: la medicina, la arquitectura, la filosofía, la política; en deportes que eran exclusivos del hombre como el box, la lucha libre, el fútbol, los toros; en trabajos como la conducción de unidades de transporte público, etcétera.

El hecho de que algunas mujeres sigan luchando por su liberación, en las sociedades contemporáneas, cuando ya se tienen derechos de los que se carecían en el pasado, es signo inequívoco de que las mujeres aún se sienten oprimidas y excluidas, es la confesión de que las mujeres no han logrado plenamente su liberación en la actualidad. Ante esta situación es necesario analizar si la condición de la mujer, en la sociedad, siempre ha sido la misma a lo largo de toda la historia humana, o por el contrario, su posición ha sido diferente, y si este fuera el caso, ¿qué fue lo que determinó que la posición de la mujer cambiara en la sociedad?

Para poder responder a la anterior interrogante es necesario analizar, aunque sea de manera breve, el funcionamiento y desarrollo de la comunidad primitiva, así como las diversas actividades económicas en las que se desenvolvían hombres y mujeres. Esto con la finalidad de poder determinar qué tanto fue factor decisivo lo económico para fijar la posición del hombre y la mujer en la comunidad primitiva.

Para comenzar, debemos mencionar que la historia oficial que se enseña en las escuelas, desde las básicas hasta las superiores, es a partir del surgimiento de la civilización, dejando de lado, o dándole poca importancia al estudio de las sociedades primitivas. Esa es la razón del por qué se nos hace tan común la organización estatal de todas las sociedades que han existido a lo largo de la civilización, desconociendo que en la prehistoria de la humanidad las sociedades primitivas tenían una organización gentilicia basada en la comunidad de bienes. Afortunadamente ya se han hecho muchas investigaciones sobre las sociedades primitivas.

Morgan[1] fue uno de los primeros investigadores que trató de meter orden en la “prehistoria de la humanidad”. Esta prehistoria la divide en dos grandes periodos: el salvajismo y la barbarie. Y cada uno de éstos los subdivide a su vez en tres estadios: inferior, medio y superior. Esta división no la hace al azar, sino tomando en cuenta el avance que tienen los grupos primitivos en la producción de sus medios de vida, para satisfacer sus necesidades vitales.

A continuación se explica de mejor manera esta división:

SALVAJISMO

Estadio inferior. Infancia del género humano, los hombres permanecían aún en los bosques y se alimentaban de frutos, nueces y raíces; el principal progreso de esta época es la formación de un lenguaje articulado.

Estadio medio. Comienza con el empleo del pescado como alimento y con el uso del fuego. Con la invención de las primeras armas, la maza y la lanza, la caza llegó a ser un alimento supletorio ocasional.

Estadio superior. Comienza con la invención del arco y la flecha, gracias a los cuales llega la caza a ser un alimento regular.

— — —

BARBARIE

Estadio inferior. Empieza con la introducción de la alfarería.

Estadio medio. En el Este, el viejo mundo, comienza con la domesticación de animales y en el Oeste, el nuevo mundo, con el cultivo de las hortalizas por medio del riego y con el empleo de adobes y de la piedra para la construcción.

Estadio superior. Comienza con la fundición del mineral de hierro, y pasa al estadio de la civilización con el invento de la escritura alfabética. En los poemas homéricos, principalmente en la Ilíada, aparece …la época más floreciente del estadio superior de la barbarie… la herencia de los griegos que llevaron a la civilización la constituyen: instrumentos de hierro perfeccionados, los fuelles de la fragua, el molino de brazo, la rueda de alfarero, la preparación del aceite y del vino, el labrado de los metales elevado a la categoría de arte, la carreta y el carro de guerra, la construcción de barcos con tablones y vigas, los comienzos de la arquitectura como arte, las ciudades amuralladas con torres y almenas, las epopeyas homéricas y toda la mitología.[2]

De conformidad con la explicación anterior, podemos observar que la principal característica del salvajismo es la existencia de una actividad económica de apropiación. Mientras que la barbarie se caracterizó por la reproducción de los medios de vida, es decir, con las actividades de la domesticación y la agricultura, las comunidades primitivas aprendieron a reproducir la naturaleza, lo que les permitió, en lo sucesivo, generar un excedente destinado al intercambio.

Tomando como referencia el mismo cuadro, en el estadio medio del salvajismo nace la gens, –grupo familiar que lleva el mismo nombre– ésta se desarrolla en el estadio superior y alcanza su máximo esplendor en el estadio inferior de la barbarie. Al interior de este grupo familiar ¿cuáles fueron los papeles que desempeñaron hombres y mujeres?

La división de trabajo, al interior de la gens, “es en absoluto espontánea: sólo existe entre dos sexos. El hombre va a la guerra, se dedica a la caza y a la pesca, procura las materias primas para el alimento y produce los objetos necesarios para dicho propósito. La mujer cuida de la casa, prepara la comida y hace los vestidos; guisa, hila y cose. Cada uno es el amo en su dominio: el hombre en la selva, la mujer en su casa. Cada uno es propietario de los instrumentos que elabora y usa: el hombre de sus armas, de sus pertrechos de caza y pesca; la mujer, de sus trebejos caseros”.[3]

Como se podrá advertir, en estas sociedades primitivas la mujer estaba dedicada a las labores domésticas, al cuidado de los niños y la preparación de los alimentos, y son precisamente éstas actividades las que le dieron, a la mujer, la supremacía en la comunidad, a grado tal que el reconocimiento de los hijos se establecía por la línea femenina, es decir, el derecho existente era el materno. Para ilustrar el poder que ejercían las mujeres en estas comunidades veamos el testimonio de Arthur Wright, que fue durante muchos años misionero entre los iroqueses-senekas.

“Respecto a sus familias, en la época en que aún vivían en las antiguas casas largas (domicilios comunistas de muchas familias)…predominaba siempre allí un clan (una gens), y las mujeres tomaban sus maridos en otros clanes (gens)…Habitualmente, las mujeres gobernaban en la casa; las provisiones eran comunes, pero ¡desdichado del pobre marido o amante que era demasiado holgazán o torpe para aportar su parte al fondo de provisiones de la comunidad! Por más hijos o enseres que tuviera en la casa, podía a cada instante verse conminado a liar los bártulos y tomar el portante. Y era inútil que intentase oponer resistencia, porque la casa se convertía para él en un infierno; no le quedaba más remedio sino volverse a su propio clan (gens) o, lo que solía suceder más a menudo, contraer un nuevo matrimonio en otro. Las mujeres constituían una gran fuerza dentro de los clanes (gens), lo mismo que en todas partes. Llegado el caso, no vacilaban en destituir a un jefe y rebajarle a simple guerrero.”[4]

Si en las comunidades primitivas de cazadores y recolectores, que duraron varios miles de años, las mujeres eran las que llevaban la dirección de las mismas; las que reconocían a sus hijos, antes que los padres; las que en muchos casos estaban al frente de la defensa de la comunidad, razón por la que se acuñó el término de madre patria; las que a menudo tenían más consideración real que las señoras de la civilización.

¿Qué fue, entonces, lo que determinó que las mujeres fueran desplazadas de su posición de mando y dirección de la gens?

Ya hemos visto que en las comunidades primitivas las mujeres se dedicaban a las actividades domésticas, mientras que los hombres lo hacían a la caza y la pesca. Estas actividades no fueron determinadas por voluntad humana, sino que se dieron de manera natural, por una necesidad de subsistencia. Las mujeres, por su propia naturaleza corpórea, no podían dedicarse a la caza en ciertos periodos de su existencia, es decir, durante el embarazo y después del alumbramiento, pues durante la gestación, que dura nueve meses en promedio, las mujeres no podían desplazarse a la velocidad de los animales, y cuando tenía lugar el alumbramiento, los niños debían permanecer al cuidado de sus madres aproximadamente hasta los nueve años. Esto no significa que no haya habido mujeres que se dedicaran a la caza de animales, pero esto no debió ocurrir más que en casos excepcionales, sin llegar a ser la regla general.

En la medida que avanzaba el tiempo, el hombre iba acumulando experiencia en el trabajo de apropiación de los alimentos que encontraba en la naturaleza, razón por la que no en todas partes los hombres se detuvieron en esta etapa. “En Asia encontraron animales que se dejaron primero domesticar y después criar. Antes había que ir de caza para apoderarse de la hembra del búbalo salvaje; ahora domesticada, esta hembra suministraba cada año una cría y por añadidura, leche. Ciertas tribus de las más adelantadas -los arios, los semitas y quizás los turanios-, hicieron de la domesticación y después de la cría y cuidado del ganado su principal ocupación”[5]. Esta actividad de la domesticación le daba una ventaja al hombre, pues le suministraba bastante leche, así como lácteos y carne; igualmente podían disponer de pieles, lanas, pelo de cabra, así como de hilos y tejidos. El poseer todos estos bienes hizo posible, por primera vez, establecer un intercambio más regular de productos; en los periodos anteriores no fue posible llevar a cabo dicho intercambio, y si se dieron fueron meramente accidentales.

La caza y la pesca quedaron en el pasado; ahora los rebaños constituían la nueva industria, cuya domesticación al principio y su cuidado después fueron obra del hombre, razón por la cual el ganado le pertenecía, así como todas las mercancías y los esclavos que obtenía a cambio de él. Todo el excedente que dejaba ahora la producción le pertenecía al hombre: la mujer podía participar en su consumo, pero no tenía ninguna participación en su propiedad.

De esta manera, el trabajo del hombre, la domesticación, fue más valorado que el de la mujer, pues el trabajo del hombre generaba riqueza, no así el de la mujer. Si en la comunidad primitiva el trabajo doméstico les aseguró a las mujeres la supremacía y dirección de la gens, ahora con la nueva industria de los rebaños, las labores domésticas se encargaron de marginar a las mujeres de las actividades “productivas”, y por tanto fueron relegadas a un segundo plano.

“Esto demuestra ya que la emancipación de la mujer y su igualdad con el hombre son y seguirán siendo imposibles mientras permanezca excluida del trabajo productivo social y confinada dentro del trabajo doméstico, que es un trabajo privado”[6].

Con la nueva industria del ganado, y teniendo como su propietario al hombre, éste era igualmente dueño de todo el cúmulo de bienes y riquezas que se podían adquirir con el ganado, que en un principio cumplió también la función de “dinero” para el intercambio de productos, y más adelante, también lo sería del nuevo instrumento del trabajo; el esclavo. Pero según las costumbres de aquellas sociedades primitivas, sus hijos no podían heredar de él, dado que los hijos, al prevalecer un derecho materno, pertenecían a la comunidad de la madre.

De tal suerte que, a la muerte del propietario de rebaños, éstos pasaban en primer término a sus hermanos y hermanas y a los hijos de estos últimos o los descendientes de las hermanas de su madre; en cuanto a sus propios hijos se veían desheredados.

En la medida que los rebaños se multiplicaban y se intensificaba el comercio, las riquezas del hombre aumentaban, y por tanto iba ganando una posición más importante que la mujer en la familia y, al mismo tiempo, hicieron que naciera en él la aspiración de valerse de esta ventaja para modificar, en beneficio de sus hijos, el orden de herencia establecido.

Pero esto no podía ocurrir mientras estuviera vigente la filiación según el derecho materno, esto tenía que ser abolido, y lo fue.

Así quedo anulada la filiación femenina y el derecho hereditario materno, sustituyéndolos la filiación masculina y el derecho hereditario paterno.

Pero el hombre no sólo no se conformó con ser el propietario de la riqueza, que dejaba la industria de los rebaños, sino que también decidió tomar las riendas en la casa y, por tanto, la mujer quedó degradada, convertida en servidora y esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción.

Ahora, erigido el hombre como amo y señor de la familia patriarcal se entra a los dominios de la historia escrita, de la civilización.

La monogamia nació de la concentración de grandes riquezas en las manos del hombre y del deseo de transmitir esas riquezas por herencia a sus hijos, excluyendo a los de cualquier otro. Para eso fue necesaria la monogamia de la mujer, pero no la del hombre.

Con respecto a la emancipación de la mujer, debemos decir que existe toda una serie de asociaciones de mujeres y Organizaciones no Gubernamentales (ONG)[7] dedicadas a promover la organización y la lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos o el cumplimiento de los mismos; por la igualdad plena; por la equidad; por el reconocimiento de los derechos maternos y reproductivos; etcétera. Todo esto hay que decirlo, sin que a la fecha se haya logrado de manera plena, pues las manifestaciones y protestas continúan.

La demanda por el reconocimiento de los derechos de la mujer sigue siendo una prioridad y factor de movilización de las mujeres activistas. Estas manifestaciones y movilizaciones se dan en un entorno de aumento de la violencia contra las mujeres así como los feminicidios, sobre todo en las capas más pobres de la sociedad, que son los sectores más vulnerables.

Debemos decir que la lucha de las mujeres por su emancipación en la sociedad no es algo reciente, hay muchos antecedentes, entre los que podemos mencionar está el segundo Congreso de Mujeres Socialistas en 1910, celebrado en Copenhague, Dinamarca, en el cual la feminista Clara Zetnik propuso que el día 8 de marzo fuera proclamado como jornada de lucha para las mujeres trabajadoras de todo el mundo.[8]

En los años posteriores las mujeres socialistas de Alemania, Suecia, Austria y Finlandia celebraron el Día de la Mujer en la fecha propuesta por Zetnik.

Sin embargo, es hasta el 8 de marzo de 1911 que se celebró el Día Internacional de la Mujer, y es al término de la Primera Guerra Mundial que su celebración se extendió por todo el mundo. También se ha llevado a cabo la celebración de La Conferencia Mundial Sobre la Mujer[9] la cual ha tenido lugar en: México 1975, Copenhague 1980, Nairobi 1985, Beijing 1995. Posterior a estos años cada cinco se le da un seguimiento a la Plataforma de Beijing.[10]

Las preguntas que saltan a la vista son:

¿Por qué en la sociedad capitalista es en donde mayor se da la participación de la mujer por la reivindicación de sus derechos laborales, así como sus derechos como mujer?

¿Qué la emancipación de las mujeres no era una necesidad en el mundo antiguo y en el Medioevo?

Desde luego que en la antigüedad había una necesidad de la liberación de la mujer, sin embargo las condiciones no estaban dadas para la lucha por su emancipación, pues desde la disolución del régimen gentilicio hasta la Revolución Industrial, la mujer estuvo confinada dentro del trabajo doméstico. Y no va a ser sino hasta la gran industria que las condiciones se dan para que las mujeres se incorporen de manera masiva a las actividades económicamente productivas, puesto que la gran industria no únicamente permite el trabajo de las mujeres, sino que lo exige.

Pero además, las labores domésticas que antes constituían una industria privada en las sociedades burguesas se han convertido en una industria pública. Esta es una de las razones principales del por qué en sociedades, con una industria bastante desarrollada, es en donde se da una mayor participación de las mujeres por su emancipación. Sin embargo debemos decir que esta liberación no será posible obtenerla de manera plena mientras subsista una sociedad que oprime y explota no únicamente a las mujeres sino a muchos sectores de la sociedad, sobre todo a los asalariados, a las y los trabajadores.

Tampoco será posible la emancipación plena de la mujer por decreto, es decir, mediante la conquista de una legislación especial para las mujeres, pues en una sociedad dividida en clases sociales antagónicas, como la nuestra, las legislaciones, por muy avanzadas que éstas sean, el gobierno de los potentados, por su naturaleza clasista, siempre encontrará formas para burlar las leyes, para congelarlas.

Para lograr la emancipación de la mujer, así como de otros sectores de la sociedad, sobre todo de los más vulnerables, se requiere y se hace necesaria la emancipación de la sociedad en su conjunto, y esta no va a ser obra exclusiva de las mujeres, sino de las y los trabajadores. Pues son las y los trabajadores los que generaran la riqueza de una sociedad, son el corazón de una nación, los que con su actividad también contribuyen al progreso social y por tanto tienen todo el derecho, natural y legítimo, de disfrutar de la riqueza que ellos mismos generan, así como de beneficiarse del progreso social.

Esta es la razón principal de por qué los trabajadores son la vanguardia llamada a liberar a la sociedad en su conjunto, esa es la misión histórica de los asalariados.

Octubre 26 de 2015

 

________________________

Notas al pie

___

[1] Lewis Henry Morgan, abogado, antropólogo, etnólogo y escritor estadounidense. Considerado uno de los fundadores de la antropología moderna.

[2] El Origen de la Familia la Propiedad Privada y el Estado, Federico Engels. En Obras Escogidas en III tomos, de C. Marx y F. Engels, Ed. Progreso. Tomo III pág. 217-222

[3] Ídem. Pág. 334 | Trebejo: Instrumento o utensilio que se utiliza para realizar alguna actividad.

[4] Ídem. Pág. 239-240

[5] Ídem. Pág. 335

[6] Ídem. Pág. 337

[7] En 1979 se creó el Frente Nacional por la Liberación y los Derechos de la Mujer (FNALIDM) Primera instancia de grupos feministas, sindicatos, grupos de lesbianas y de partidos de izquierda, que presentaron por segunda vez un proyecto de ley sobre maternidad voluntaria junto a la Coalición de Mujeres feministas, iniciándose uno de los periodos más dinámicos del movimiento de 1980 a 1981. Este proyecto nunca fue discutido, por la presión de la derecha política y la jerarquía católica. Este fracaso desarticuló el FNALIDM y la coalición se replegó.

[8] El 8 de marzo de 1857, 146 obreras textiles, en huelga, fueron atacadas con bombas incendiarias, provocando la muerte de todas las mujeres que se encontraban en el edificio.

[9] La Conferencia Mundial Sobre la Mujer es una actividad desarrollada por la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSM) perteneciente al Consejo Económico y Social de la Naciones Unidas.

[10] Los temas abordados en la PLATAFORMA DE BEIJING son: 1.- La mujer y la pobreza; 2.- El acceso desigual a la educación; 3.- La falta y el acceso desigual a los sistemas de salud; 4.- Violencia contra la mujer, 5.- Los diferentes aspectos de vulnerabilidad de la mujer; 6.- La desigualdad en las estructuras económicas; 7.- La desigualdad en el poder y la toma de decisiones; 8.- Carencia de variados mecanismos institucionales para mejorar el adelanto de la mujer; 9.- La falta de respeto y protección inadecuada en contra de los derechos humanos; 10.- La representación de la mujer en los medios de comunicación; 11.- Desigualdad en la gestión de los recursos naturales y en la salvaguarda del medio ambiente; 12.- La discriminación y violación de niñas.

Total Page Visits: 1365 - Today Page Visits: 1
¡Comparte este contenido!
Construyendo Conciencias
Construyendo Conciencias
Artículos: 153