por Luis de Luna Mendieta
Estimados lectores del Tribuno, recordando que el propósito de esta publicación es el de fomentar en todos nosotros la conciencia crítica y a la vez dar continuidad a los temas históricos que se tratan, quiero abordar en este caso, un hecho trascendente ligado a las dos Guerras Mundiales comentadas, que significó una dolorosa condición para un pueblo: el Palestino, que su única culpa fue estar en un lugar estratégico de conveniencia para el imperialismo del siglo XX. Si compañeros, fue una estrategia organizada por los judíos, Inglaterra, Francia y los Estados Unidos para despojarlos.
Hagamos historia, la presencia israelí en esas tierras de manera hegemónica, es decir como Estado, desapareció cuando los romanos los expulsaron hace cerca de dos mil años. Ahí quedaron pequeñas comunidades de judíos que se integraron armónicamente a las de árabes y turcas para subsistir.
Por su parte, los palestinos cuentan con esas tierras con casi trece siglos sobre esa región, si bien es verdad que estuvieron sometidos a diferentes grupos: los califatos ortodoxos, omeya, abasí y fatimí, los turcos selyúcidas, los mamelucos y el Imperio Otomano, ellos como pastores estuvieron ahí.
Los judíos por su parte se trasladaron en grupos a Europa y, como minorías, se integraron a las sociedades continentales: primero feudales y después nacionales de los diferentes estados, siempre manteniendo su identidad religiosa.
Fue a principios del Siglo XX, cuando inducidos por un espíritu nacionalista denominado sionismo, concibieron la idea de formar un Estado Nación, influidos por dos realidades.
La primera, por las constantes persecuciones contra ellos en la Rusia Zarista, en Polonia y en Hungría (donde se ubicaban mayoritariamente). La otra razón obedece a la visión expansionista inglesa como comunidad imperialista mundial, de aprovechar esta inquietud israelí para ubicarlos en un sitio conveniente para sus intereses. Hay que decir que fueron contemplados varios sitios en el mundo: Argentina, Uganda y Jerusalén, encontrando los sionistas este último como el ideal, debido a su concepción histórica religiosa.
La Primera Guerra se convierte en el pretexto ideal para lograrlo, ya que estas tierras eran parte del Imperio Otomano. Los ingleses, conocedores del valor estratégico de la zona (petrolero y posición geográfica), alentaron al pueblo árabe en general, y palestino en particular, a generar al interior del imperio, revueltas para liberarse de los otomanos. En este período (1904-1914), una gran oleada de inmigración (40 mil judíos), llegaron a Palestina.
Como todos sabemos el Imperio Otomano fue el perdedor, por lo que Inglaterra el dos de noviembre de 1917, produjo la “Declaración Balfour – Rothschild”, en la cual promovía la idea de una patria en Palestina para el pueblo judío. La comunidad no judía de Palestina en aquel momento constituía el 90% de la población, pero con esta política, la cifra de emigrantes siguió creciendo entre 1929 y 1939, llegando a unos 250 mil judíos en tierras palestinas, cambiando así, el equilibrio demográfico de la zona. Es evidente que la población árabe autóctona se hizo hostil a ellos cuando detectaron su intensión.
El segundo conflicto bélico mundial y el Holocausto provocaron que al finalizar la posición de los judíos se hiciera crítica. Después de la formación de la ONU, con visión imperialista determinó como solución unilateral la creación de un Estado árabe (no creado) y otro judío en los territorios del antiguo mandato británico de Palestina, el 29 de noviembre de 1947, en su resolución 181 II. Decimos que es unilateral, ya que los pueblos árabes no fueron consultados, por lo que fue una imposición.
Debemos recordar que el surgimiento del primer Estado Socialista se da en 1917, y trajo un concepto nuevo de organización social, política y económica en el mundo, el cual, al finalizar la Segunda Guerra, ya representaba un cambio en la correlación de fuerzas. Crece como potencia imperialista Estados Unidos y, por su parte, la URSS se convierte en el emblema del mundo libre.
Esto trae en la zona del Medio Oriente evidentes manifestaciones de esta lucha, dentro de lo que se conoce como Guerra Fría, en donde los dos bloques se enfrentan. Es claro que el Estado Israelí, con todo el apoyo de las potencias imperialistas, toma ventaja en la zona y se convierte en sanguinario ejecutor de sus intereses.
Queda abierta así la necesidad de conocer con claridad el cúmulo de acciones bélicas que ha desarrollado el capitalismo en esa área del mundo, para implantar sus intereses mezquinos, por encima de una población numerosa, valiosa, digna, a la que han acorralado, golpeado y estigmatizado como terrorista y enemiga del mundo civilizado.
El espacio es corto para abordar un conflicto tan importante en este escenario mundial, razón por la que procuraremos volverlo a tocar, pero mientras tanto, los invito a conocer más sobre este tema y así entender las armas utilizadas por el mundo capitalista contra la población mundial que no se somete.
