EL MOVIMIENTO OBRERO EN MÉXICO

A mediados del siglo XIX, se dieron las primeras estructuras de organización en México con la creación de las sociedades mutualistas y el cooperativismo.
¡Comparte este contenido!

El Presente trabajo tiene como propósito trazar una línea del tiempo con el fin de ubicar los acontecimientos más significativos del movimiento obrero mexicano.

Es importante remarcar que este trabajo contempla desde las primeras manifestaciones de organización de grupos de trabajadores, las que aun no siendo de obreros como tal (como pudieran ser los artesanos, oficiales, aprendices, etc.), van creando la necesidad de agrupar a los involucrados en defensa de sus intereses, inicialmente como gremios y posteriormente, ya como auténtica clase.

Esto implica transitar por una evolución que van sufriendo los grupos de trabajadores, primeramente, dentro de la Nueva España y posteriormente en el México independiente (siglo XIX) en función del grado de desarrollo que va alcanzado el capitalismo en el país.

Debemos recordar que, desde el mismo descubrimiento de América, el mundo empezaba a vivir una nueva etapa de crecimiento económico, el Mercantilismo, “primera etapa de ese Capitalismo”, quien a través de España se instaló en América, lo que constituyó un rompimiento con lo que practicaban los pueblos originarios, provocando nuevas formas de organización social hasta convertirse en dominantes y únicas. Posteriormente, estas formas también cambiaron en el mundo a partir del siglo XVIII al instalarse el Capitalismo abiertamente, quien impone sus condiciones de funcionamiento, que van a regir el destino de la humanidad de manera categórica en favor de la clase dominante ¡la burguesía!

Para fortuna de los explotados, este sistema trae aparejada una fuerza antagónica, el proletariado, quien es el único con capacidad para transformar este sistema. Por eso a partir del siglo XIX empezó a desarrollarse en Europa la posibilidad de una vía alterna y diferente de desarrollo social que ponía a los trabajadores de la ciudad y el campo en posibilidades de poner sus intereses como los determinantes.

Ahora bien, el motivo de este trabajo es el de conocer y analizar la forma en cómo se presentó y desarrolló en nuestro territorio el movimiento obrero, por lo que debemos de recordar que el parteaguas definitorio de esto se presentó cuando México deja de ser parte del Reino Español, para convertirse en un país independiente.

Esto sucedió en toda la América española, creándose una cascada de hechos libertarios. Debemos saber, por tanto, que esta respuesta no fue producto de una acción espontánea creada por un grupo de personas que de la noche a la mañana se decidieron a independizarse ¡no!, fue producto de una serie de factores internos y externos, económicos, políticos e ideológicos, que estaban sucediendo en el mundo y que influyeron a la sociedad novohispana para conseguir un grupo de actores políticos determinantes (los criollos) que se decidieran a promoverlo, abanderarlo e implantarlo en este territorio.

Es claro entender, con esta reflexión, que nuestro país se encontraba en un grado de desarrollo económico incipiente dentro del capitalismo, razón por la cual las formas de organización de los trabajadores como tal, también era apenas nacientes, ubicándolas todavía en artesanales, pues el imperio español, con su política económica, había impedido en sus dominios su desarrollo.

Una vez ubicados en este contexto, podemos iniciar diciendo que las primeras manifestaciones de trabajo asalariado que se dan en Nueva España son los obrajes, talleres propios de la América española, dedicados sobre todo a la producción textil, mismos que a su interior se van dando las condiciones estructurales que los ubican como empresas abiertamente manufactureras (ya capitalistas), con mano de obra indígena principalmente.

Cuando México se hace independiente sucede una explosión masiva de productos para satisfacer la demanda del mercado interno y externo. Esas industrias capitalistas nacientes, empiezan a crecer y con ello también se desarrollan en su interior exigencias de los trabajadores, quienes fomentan formas de organización en defensa de sus intereses. Hay que recordar que nuestro país era una nación eminentemente campesina, y que esta actividad es propia de zonas urbanas, por lo que las zonas fabriles se empiezan a construir en nuevos espacios haciendo crecer los centros urbanos.

Es importante ubicarnos en el contexto internacional del movimiento obrero (en Europa o en los EE. UU.), en donde las concepciones de organización obrera habían alcanzado un gran desarrollo y madurez a mediados del Siglo XIX. Estas se agrupaban principalmente en dos corrientes revolucionarias: la Marxista y la Anarquista, las cuales, aunque cercanas en apariencia, representaban dos visiones distintas. Esta diferencia determina en mucho el carácter de los movimientos obreros.

Una de ellas, la marxista, es la que sale dominante del enfrentamiento, lo que provoca que la corriente anarquista sea desalojada de casi toda Europa y encuentre refugio en los EE. UU., en donde consigue gran influencia y respaldo, asentándose en los lugares de desarrollo industrial en ese país, las ciudades de Chicago y Nueva York. Es tan importante en esas ciudades el movimiento obrero que de sus acciones proviene el hecho que origina a “los mártires de Chicago”, que se convierten en el símbolo del movimiento obrero a nivel mundial, con el 1° de Mayo. Con esto el anarquismo en los EE. UU. se transforma en la plataforma de lanzamiento para toda América, iniciando por México. Por su parte, los grupos anarquistas que se quedan en Europa, tienen que refugiarse en países de poco desarrollo económico como España e Italia.

Pero si regresamos a nuestro país y nos ubicamos a mediados de ese siglo, las primeras estructuras de organización en México se dieron con la creación de las sociedades mutualistas y el cooperativismo. Hay que decir que estas formas de asociación no son propiamente de obreros asalariados sino que se mezclan con: artesanos, trabajadores libres con oficio, asalariados, etc.

Las sociedades Mutualistas estaban diseñadas para ayudarse entre ellos, con la formación de un fondo común económico. Los trabajadores respondían instintivamente a sus necesidades, buscando resolver así, de manera inmediata sus problemas. No entendían que debía ser responsabilidad del patrón resolver estas contingencias y limitaciones, razón por la cual las respuestas se quedaban en ellos y no era una acción de clase.

Por eso el movimiento obrero que surge en nuestro país, está lleno de confusiones ideológicas y organizativas, las que se reflejaron al solo demandar mejoras salariales, marginándose de la acción política como grupo, así como la resolución tímida de necesidades sociales urgentes que mejorarían sus condiciones de vida y las de su familia. El problema es que, bajo este esquema, los obreros carecían de conciencia de clase, únicamente buscaban la reivindicación. Aun así, sirvió para formar grupos de obreros cada vez más numerosos y conscientes.

Fue para 1850 cuando se funda en Guadalajara la primera Sociedad de Artesanos y, posteriormente en la Ciudad de México, el 5 de julio de 1853, la Sociedad Particular de Socorro Mutuo, que ya contaba con 33 miembros y al poco tiempo, eran más de 100.

También aparecen otras organizaciones con visiones más completas como: la Sociedad Política Fraternal que buscaba la igualdad del trabajo y capital, la abolición de la pena de muerte, independencia municipal, etc. También aparecen sociedades financieras como el Banco Social del Trabajo, con el fin de buscar trabajo a los desocupados, establecer talleres y hacer préstamos.

Para 1870 surge el Gran Círculo de Obreros de México, que buscaba la instalación de talleres para dar trabajo al artesano, libertad electoral y fijación de salarios. Esta puede ser considerada la primera central de obreros en el País en donde sus agremiados no podían pertenecer a partidos políticos.

Con todo esto, podemos identificar que en la década de 1867 a 1877, es el periodo en que más Asociaciones Mutualistas surgen en México.

Como un dato relevante, se tiene que el 4 de julio de 1878 se forma en Puebla el Partido Socialista Mexicano bajo una serie de indefiniciones políticas que pretendían ligar sus luchas a las del socialismo. Si bien es verdad que el nombre es importante, en la realidad sus aspiraciones eran tímidas, ya que hablaban de conquistar el poder por la vía pacífica, señalaban que no eran enemigos del capital, ni de la cooperación entre el capital y el trabajo, sino sólo de los abusos que cometen con ese capital.

EL SINDICALISMO

La aparición del sindicalismo provocó una evolución en la forma de organización obrera, que permitió fueran tomando una mejor y mayor conciencia de Clase.

Así, el primero de agosto de 1872 estalla la huelga de barreteros del Real del Monte, con motivo de la violación del contrato de 1869, que estipulaba un salario de $2.00 diarios, 36 horas de trabajo consecutivos y 12 de descanso. Los obreros se apuntan un éxito en ella, ya que obtienen un aumento en el salario de $1.00, y la reducción de la jornada de trabajo a 16 horas.

Los obreros textiles de la Colmena, empresa ubicada en Veracruz, el 6 de diciembre de 1872, se lanzaron a la huelga en protesta por el robo en los salarios, logrando que el 28 de enero de 1873, se firmara un convenio entre empresas y trabajadores, dicho convenio favorecía a los trabajadores.

Como hemos visto, la actividad política de la clase obrera en México, se inicia a mediados del siglo XIX y se transforma en auténticamente sindicalista, hasta que se consolida el capitalismo como sistema en el siglo XX. Esto se da con la llegada de empresas en áreas como: el ferrocarril, la electricidad, los telégrafos, etc., nacen también las organizaciones de obreros más modernas y combativas como: los ferrocarrileros, electricistas, textiles y mineros, las que se situaron en primera fila dentro de las luchas de la clase obrera mexicana de esa época.

EL ANARQUISMO

El movimiento anarquista mexicano o libertario socialista, que arraigó y se propagó durante los cincuenta años anteriores a la Revolución mexicana de 1910, surgió del original proceso de desarrollo de México. Su influencia llegó a nuestro país en las últimas décadas del siglo XIX de los EE. UU., pero también producto de una oleada de inmigrantes españoles. Entre 1887 y 1900, el número de españoles inmigrantes aumentó de 9,553 a 16,258. En esa época, España tenía el mayor movimiento anarquista de todo el mundo, y como es natural, muchos de ellos vinieron a México.

El primero de los inmigrantes que llegó fue Plotino Rhodakanaty, académico, cruzado y activista político, quien fue el fundador del anarquismo en México, llegando a Veracruz a fines de febrero de 1861. Tuvo una enorme influencia en la emergente clase obrera urbana, así como en los movimientos agrarios de 1860, 1870 y 1880.

En un primer intento de ganar adeptos, Rhodakanaty publicó un folleto titulado Cartilla Socialista en donde explicaba los principios de una comunidad agrícola utópica, siguiendo la línea de Fourier. Al igual que los ideólogos anarquistas europeos, pedía la disolución de todas las fronteras nacionales, la no existencia de una autoridad y la fraternidad universal entre todos los hombres. Propugnaba por la transición pacífica del capitalismo a una sociedad que se basara en la idea proudhonista-bakuninista de organizaciones voluntarias agrupadas en federaciones flexibles.

Ahora bien, en 1900, apareció el periódico “Regeneración” que era el órgano independiente de difusión y organización de corte anarcosindicalista. La participación de los hermanos Flores Magón, quienes eran sus creadores, tuvo una influencia considerable para el movimiento revolucionario de 1910.

El 28 de septiembre de 1905, se fundó el Partido Liberal Mexicano,participando entre otros, Enrique y Ricardo Flores Magón. Inicialmente fue un partido político que buscó organizar a los simpatizantes del original Partido Liberal para defender la Constitución de 1857, partiendo como antecedente directo del Congreso Liberal de 1901, con la formación de múltiples clubes liberales.

Este organismo paulatinamente transitó del liberalismo al anarquismo, provocando que algunos de sus integrantes se radicalizaran, consiguiendo que en su interior, salieran los primeros esbozos teóricos y se planearon las primeras insurrecciones que dieron origen a la Revolución Mexicana.

El 4 de octubre de 1905 estalló la huelga en la fábrica de tabacos y puros “El Valle Nacional”, ubicada en Xalapa, Veracruz. Los obreros estaban organizados en la Gran Liga de Torcedores de Tabaco, influida por el magonismo.

El “Programa del Partido Liberal” publicado en 1906, incluyó una serie de propuestas respecto a las cuestiones laborales como: la jornada de trabajo de ocho horas, un salario mínimo de un peso, la prohibición del trabajo infantil, higiene en fábricas y talleres, descanso dominical, pago en dinero de curso normal, indemnizaciones por accidentes de trabajo, pensiones por vejez y muerte, abolición de la deuda de los jornaleros y desaparición de las tiendas de raya.

Los actos obreros más relevantes de la época sucedieron en 1906 y ambos movimientos fueron orquestados por los anarcosindicalistas. La huelga de Cananea en Sonora y la de Río Blanco en Veracruz 1907.

Hay que remarcar que en esa época la organización sindical y la huelga estaban prohibidas por la ley y, a pesar de ello, fueron las armas empleadas por los trabajadores que, en 1906, con dos mil miembros, fundaron el Gran Círculo de Obreros Libres.

Aun así, al inicio de la Revolución, los trabajadores mexicanos seguían pensando más en las organizaciones mutualistas, en lugar de la revolución social, y lo siguieron haciendo durante los meses de la campaña presidencial de 1910 y el desarrollo de la revolución maderista.

Como un ejemplo claro, durante la campaña política de Madero en 1910 en Veracruz, manifestó su idea sobre las organizaciones de trabajadores:

Ni el aumento de los salarios ni la disminución de horas de trabajo dependen del gobierno y nosotros no les vamos a ofrecer esto, porque eso, no es lo que ustedes quieren. Lo que ustedes quieren es libertad. Quieren que sus derechos sean respetados, para poder así, formar organizaciones poderosas y una vez unidos, poder defender sus derechos.

En el gobierno de Madero se pensaba que la democracia y el respeto a las leyes existentes crearían por sí solas las situaciones favorables para mejorar esas condiciones. Por eso, al tomar el gobierno, Francisco I. Madero como respuesta a la demanda obrera, organiza en 1913, con asociaciones obreras y patronales del país, un cuestionario en el que se solicitaba información general de ellas para obtener un padrón fiel sobre su situación obrero patronal.

En las respuestas a este cuestionario, casi todas las organizaciones obreras se definen como sociedades mutualistas. Aunque, a decir verdad, no fue tan revelador, ya que para estos años algunos trabajadores de la Ciudad de México formalizaban organizaciones combativas.

Tal es el caso de la creación de la Casa del Obrero Mundial (“partidaria del anarcosindicalismo”), fundada el 22 de septiembre de 1912 por representantes de la Unión de Canteros, Textiles de la Fábrica “Linera”, Sastres y Conductores de Carruajes.

La Casa cristalizó el proyecto de establecer una federación que agrupara a todos los sindicatos y grupos obreros de la capital y de otras ciudades. Funcionó, además, como centro de divulgación y de consultas sobre problemas de organización obrera. Por ello, uno de sus líderes, Rosendo Salazar, afirmaba:

El mutualismo es una forma de asociación que no da seguridades de defensa a los trabajadores; necesario es que asome entre ellos la mano de gigante del socialismo revolucionario.

Siguiendo la tradición mutualista y anarcosindicalista, la Casa se manifestó apolítica y se concentró en las luchas laborales. Por ello, siempre evitó un enfrentamiento con el régimen maderista absteniéndose de hacer críticas personales y enfocando su atención en las actividades sindicalistas y educativas. Pero a pesar de ello, desde su fundación, la Casa del Obrero tuvo que enfrentar la oposición gubernamental. Madero, asustado por el radicalismo de la organización, prohibió la publicación del periódico Luz (órgano de difusión de la Casa), y mandó a encarcelar a algunos de sus dirigentes.

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

Es una propuesta hecha a los trabajadores por la Iglesia Católica del siglo XIX, creada por León XIII, Rerum Novarum, encíclica que aborda por primera vez la cuestión obrera como respuesta al liberalismo y al socialismo y así alcanzar la armonía socia sin lucha de clases.

Proponía nuevos mecanismos de regulación de las relaciones laborales que eliminasen los componentes de incertidumbre y conflicto inherentes al modelo liberal, pero dejaba intactas el núcleo central de las relaciones sociales capitalistas.

EL CORPORATIVISMO

Es una forma de representación social, en este caso de los trabajadores, a través de la cual se establece un modo de vinculación con el Estado.

Así, el Corporativismo Sindical es considerado como partícipe de la red institucional que configura la arquitectura del poder político en México.

El grupo gobernante surgido de la Revolución Mexicana se dio a la tarea de crear instituciones sobre las cuales hacer descansar en forma estable y duradera al nuevo poder político y que fueran vías eficaces del ejercicio de ese poder.

En un México donde la cultura ciudadana no tenía condiciones para germinar, pero donde sí afloraban expresiones sociales de masas, resulta explicable la tendencia hacia un diseño del poder sustentado en asociaciones amplias de grupos de interés. Esto es lo que finalmente se concretó con el formato corporativo bajo el cual se organizó a la sociedad mexicana desde finales de la década de 1930.

En 1913 llega al poder, después de un golpe de estado, Victoriano Huerta, quien en un principio mantiene una sana distancia con La Casa del Obrero Mundial, pero el enfrentamiento con el gobierno fue inevitable, ya que las actividades de agitación sindical eran frecuentes. Así, el gobierno de Huerta, quien estaba acosado por los levantamientos en el país, quiere evitar a toda costa más complicaciones en la atmósfera política y se decidió a cerrar la Casa, el 27 de mayo de 1914.

Tras la caída de Victoriano Huerta, la Casa del Obrero Mundial abrió nuevamente sus puertas el 21 de agosto de 1914. Esto se dio bajo condiciones diferentes, pero peculiares. Álvaro Obregón, quien se distinguía por una aguda visión política, crea lazos sólidos con los trabajadores y para muestra entregó el 26 de septiembre a los dirigentes de la Casa el edificio del convento jesuita de Santa Brígida y el Colegio Josefino para que allí instalaran sus oficinas.

Todos sabemos que la situación reinante en el famoso enfrentamiento de las facciones revolucionarias que se dio en ese período trajo una polarización social muy marcada. Así que, durante la Convención de Aguascalientes, en 1914, villistas y zapatistas rompieron definitivamente con el Constitucionalismo. A partir de esa ruptura, el grupo que pudiera atraer a sus filas al movimiento obrero aseguraría un poderoso aliado que inclinaría en su favor la balanza final. Pero gracias a los puentes tendidos por Obregón, la Casa, como organización, y tras largas discusiones acerca del apoliticismo, optó por el constitucionalismo.

A partir de que los Zapatistas y Villistas salen de la Ciudad de México, Obregón volvió a coquetear con los obreros hasta que los convence para unirse a la causa constitucionalista. Los representantes de la COM se reunieron con los constitucionalistas en Veracruz, firmando “El Pacto de Veracruz”. En él, los trabajadores se comprometían a dar ayuda al ejército en dos campos: haciendo una gran labor de propaganda y convencimiento con sus agremiados en todo el país en favor del constitucionalismo y por otro lado, en el terreno militar, a través de los Batallones Rojos, que son agrupaciones militares de obreros, con cerca de 7 mil hombres. Hay también un contingente femenino de aproximadamente 2000 mujeres que se alistan en el ejército carrancista como enfermeras o en los servicios. Ellos combaten principalmente en el centro del país, y participan en la derrota de Villa en Celaya.

A cambio de lo cual el constitucionalismo atendería las reclamaciones de los obreros en los conflictos que se suscitaran entre ellos y los patrones. También les ofrece que podrán hacer formaciones obreras en todas las ciudades que estén en control de ellos.

El Gobierno carrancista, una vez obtenida la victoria, se olvida de sus promesas hacia los obreros. Pero la semilla de la organización de los trabajadores estaba ya sembrada, dando como resultado la realización una serie de huelgas durante el gobierno carrancista que demandaban mejores condiciones de vida.

Es durante este período cuando se realiza la más grande Huelga General en la Ciudad en donde se paralizan todos los servicios de toda la capital y ponen en jaque al gobierno. Venustiano Carranza en represalia toma medidas drásticas contra ellos, rompiendo su alianza que únicamente dura un año. Las medidas que toma son: disuelve los Batallones Rojos mandando a esos hombres a sus casas sin ninguna retribución por su participación, quedando en condiciones de total pobreza, además, nuevamente cierra la Casa del Obrero Mundial con lujo de violencia.

Aun así, Carranza se da cuenta del potencial que representa la fuerza de los obreros, razón por la cual inicia en su administración, mecanismos para subordinar la clase trabajadora al gobierno. Para lograrlo permite que se realice en febrero de 1916 en el estado de Veracruz, un congreso convocado por la Federación de Sindicatos del Distrito Federal, en donde se acordó la formación de un organismo sindical llamado Confederación del Trabajo de la Región Mexicana.

EL 5 de febrero de 1917 se promulga la Constitución Política que es consecuencia del movimiento armado, en donde tiene cabida un importante artículo en 123 que se relaciona con la actividad laboral, que va a constituir un parteaguas en las relaciones obrero patronales, no solo en México, sino en el mundo.

Es importante aclarar que este documento, aunque la historia se lo atribuye a Venustiano Carranza como su principal orquestador, este, es producto de un grupo de legisladores contrarios al presidente, quienes, con una visión social, se empeñan en incluir en su contenido reglas que contengan claridad en los derechos de los trabajadores. Es claro que hay una abierta oposición por parte del ejecutivo para no lograrlo, pero a pesar de ello, alcanzan a introducirlo en el documento.

Por primera vez los trabajadores obtienen beneficios claros en su actividad, cosa que presiona más al gobierno para tratar de contener sus demandas, ya que ahora se convierten en legales.

Por ello nuevamente se realiza el 13 de octubre en 1917 en Tampico Tamaulipas, un Segundo Congreso Obrero, al que acudieron delegados de todas las organizaciones de importancia del país, donde ya coincidieron en exigir el respeto al derecho de libre asociación, por lo que formalmente convocaron a la realización de otro Congreso Obrero, para formar una organización nacional, con un mayor número de organizaciones de trabajadores.

Es hasta mayo de 1918 en Saltillo Coahuila, cuando con el apoyo de los gobiernos federal y local, en donde se logra cristalizar la primera organización nacional de trabajadores denominada CROM (Confederación Regional Obrera Mexicana), a cuya cabeza aparece Luis Morones, personaje siniestro que acompañará a la organización hasta 1935, cuando es expulsado del país.

La CROM ya constituye un sindicalismo corporativo sometido al gobierno, pero con la idea de una acción política, como complemento de la lucha sindical, la cual establece una diferencia con la COM.

Los sindicatos que la forman son los más representativos de la actividad económica nacional, ya que cuenta con la complicidad de patrones y el Gobierno para regular al movimiento. Por ello es sencillo lograr que los sindicatos se unan al organismo. Es claro que representan a los más importantes que hay en el país: el de trabajadores metalúrgicos, electricistas, textiles, ferrocarrileros y tranviarios, mineros, sindicatos gremiales y de jornaleros agrícolas, entre otros.

A partir de este momento el corporativismo priva en los sindicatos mexicanos, mecanismo que es establecido por influencia de la AFL americana, quien en menos de dos meses de la creación de la CROM, logra la firma de un convenio entre ambas organizaciones para trabajar a nivel de América Latina (PANAMERICANA). Son organizaciones abiertamente anticomunistas y así quieren influir en todo el continente en contraposición de la III Internacional.

El poder de la CROM es tal que llega a agrupar a casi 2 millones de trabajadores y es evidente que también el poder de su líder, Luis Morones, se vuelve ilimitado. Se convierte en el arquetipo del poder, ya que es a la vez Secretario de la CROM, Secretario de Industria, y Presidente de un partido: el PLM.

FORMACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA MEXICANO

En el año de 1919 como contrapartida nace el PCM (Partido Comunista Mexicano), aunque en ocasiones es reconocido y otras se desarrolla en la clandestinidad. Tuvo registro de 1922 a 1929, de 1935 a 1951 y de 1978 hasta su fusión con otras organizaciones en 1981.

El PCM es un partido histórico de la izquierda mexicana que fomentó la formación de varios de los más trascendentes sindicatos mexicanos de la industria, así como de múltiples organismos independientes de campesinos a lo largo de su historia. Es considerado como el partido fundacional de la izquierda mexicana, a pesar de sus años de clandestinidad, fue el grupo político opositor de mayor continuidad con un total de 62 años de trayectoria. Este deja de existir en 1981 al fusionarse con otras organizaciones.

En 1920 se crea el Partido Laborista Mexicano, una acción realizada por Luis Morones con intereses políticos claros, apoyar a Álvaro Obregón en su candidatura a la presidencia.

Quedó estructurado principalmente por los sindicatos pertenecientes a la CROM y otros sindicatos simpatizantes de la política del presidente Obregón. Fue un partido que consiguió promover a 3 presidentes y desapareció en 1940.

Dentro de este maremágnum político creado por la CROM nace una nueva central obrera: la CGT (Confederación General de Trabajadores) como respuesta del movimiento obrero no oficial en contra de la legitimación de las organizaciones de trabajadores, como la CROM, ante el Estado.

Nace el 22 de febrero de 1921, integrada por obreros predominantemente de la industria textil y del transporte. Es un organismo con características singulares, ya que conjunta agrupaciones de diferentes corrientes políticas como son: los grupos anarquistas, los socialistas, independientes y, como es lógico pensar, en un principio funciona con un fin común, pero muy pronto el choque entre anarquistas y socialistas es inevitable.

En realidad, son los anarquistas los que lo controlan, pues como ya dijimos, en nuestro país tenían hasta ese momento mayor representación y membresía. Sus principales fundadores son José Cayetano Valadés, Manuel P. Ramírez, Alberto Araoz de León y Edmundo Solís. Es electo como secretario general Alberto Araoz de León.

La convención de la que surge la nueva CGT, se pronuncia por la lucha contra el capitalismo, la unidad proletaria, la búsqueda de la mejor forma de organización obrera, una cultura que favorezca la acción violenta contra el sistema imperante y la no participación política de sus miembros en el gobierno.

CONFEDERACIÓN NACIONAL CATÓLICA

Pero también en el ala de la derecha hay una respuesta: la Confederación Nacional Católica de Trabajadores. En abril de 1922 se creó esta Confederación, cuyas bases fundamentales eran: respeto a la religión, al país y la Propiedad Privada. El Cura Alfredo Méndez fue su primer secretario general.

Ahora bien, la presión nacional e internacional de las organizaciones anarquistas y comunistas tanto nacionales como extranjeras, hacen que la disputa por el control de las organizaciones se convierta en permanente y sumamente agresiva, por lo que el Estado Mexicano ante el forcejeo al interior del país resuelve tomar partido.

Recordemos que en ese momento en México en 1929 había una situación delicada políticamente hablando, ya que se produjo una guerra civil, producto de un conflicto religioso (la guerra cristera), y a la vez un levantamiento militar contra el Estado, ocasionado por la muerte del presidente electo Álvaro Obregón, quien se había reelegido. Por ello se establece el Maximato, período en el que hay 4 presidentes y en el que manda una sola persona, Plutarco Elías Calles, jefe máximo, conformado por (Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas, éste último es el que lo rompe en 1935).

Como elemento adicional, durante este período es que se presenta una recesión a nivel mundial (capitalista), que pone en crisis al sistema y del que México sufre las consecuencias.

Por este motivo el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas decide debilitar el poder de Elías Calles creando para el mundo obrero una nueva central transitoria denominada Confederación de Obreros y Campesinos Mexicanos CGOCM que funda Lombardo Toledano en 1933.Es una organización sindical no comunista, con lazos al partido oficial y que apoya la candidatura de Lázaro Cárdenas, que busca reivindicaciones obreras, antiimperialista, reformista, alineación al gobierno. No representa un cambio violento en la conciencia de los trabajadores. Por el contrario, el gobierno cardenista hace una especie de pacto entre los obreros y los campesinos para consolidar su poder frente a los ataques Callistas.

Por último, durante este gobierno de Lázaro Cárdenas se crea la Confederación de Trabajadores de México CTM que encabeza Vicente Lombardo, la cual se funda en febrero de 1936.

En el curso de sus primeros años destacaron tres grandes tendencias políticas que se disputaron el control de la nueva Confederación: Lombardo y su grupo de “marxistas legales”, los reformistas con claros rasgos anticomunistas dirigidos por Fidel Velásquez y Los miembros del Partido Comunista, donde destacaron Miguel A. Velasco y Valentín Campa.

Total Page Visits: 3977 - Today Page Visits: 5
¡Comparte este contenido!
Construyendo Conciencias
Construyendo Conciencias
Artículos: 153