EDITORIAL
En diciembre de 2020 fue aprobado el Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Naucalpan, en medio de una serie de movilizaciones de los habitantes del municipio que rechazan el proyecto.
Al respecto desde El Tribuno cabe hacer la siguiente reflexión.
- El PMDU tiene una visión clasista y elitista que beneficia únicamente a las desarrolladoras y los políticos voraces, y no así a la población trabajadora.
- No se está en contra del desarrollo, sino a quién beneficia ese desarrollo.
- No es válido que un gobierno municipal emanado de la voluntad popular, sirva a los intereses del Gobierno Estatal, de extracción priista, aprobando un plan cuya única visión es seguir favoreciendo a las inmobiliarias y que fue propuesto desde el 2014, tratando de justificar de la nada un proyecto desarrollista y ruin.
No podemos seguir haciendo lo mismo que han hecho los anteriores gobiernos, si ofrecimos ser diferentes y cambiar las políticas públicas en favor de los más necesitados, se requiere que nuestro compromiso sea congruente con eso que ofrecimos.
Solo el tiempo podrá demostrar los efectos de este plan, si es que en verdad traerá bienestar para los más pobres, o mayores complicaciones en nuestra vida diaria, lo que es seguro es que, a los integrantes del Ayuntamiento, los juzgará la historia.
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