​“EL VERDADERO GANADOR” DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

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por Luis de Luna Mendieta

Quiero en este espacio dar continuidad a lo sucedido en la Primera Guerra Mundial (el Tribuno No. 6). Recordemos que dentro de este conflicto nació el primer Estado Socialista, en octubre de 1917, provocando el terror del mundo capitalista quienes estaban acostumbrados a imponer sus intereses sobre la ya globalizada humanidad.

Los países capitalistas, al terminar el conflicto, se dan cuenta de la potencialidad económica del nuevo régimen en la URSS y sus posibilidades de impactar (con su exitoso modelo) a todo el mundo. Sumado a esto, los países capitalistas, a finales de la década de los veintes, se debaten en una asfixiante crisis económica, mientras por otro lado, el modelo Quinquenal Soviético, aún después de haber sufrido los estragos económicos, políticos y sociales de la guerra, y de haber soportado una nueva e inmediata agresión imperialista (de 14 países), en 1919 sigue en ascenso, basado en la fortaleza ideológica de los rusos y una gran organización político-militar.

Por ello, estas economías imperialistas identifican como el verdadero enemigo de sus intereses a la URSS. Les recordamos que en ese momento el desarrollo del capitalismo estaba ubicado en su fase superior, el Imperialismo, en donde el capitalismo monopolista de Estado resultaba la fórmula para conseguir sus aspiraciones de control económico, a través de los monopolios y del capital financiero.

Por este motivo, las potencias que habían firmado los Tratados de Versalles deciden no ser tan exigentes con el país derrotado y se hacen de la vista gorda, para conseguir con su resurgimiento, el mecanismo bélico para detener al Estado Soviético. Por su parte, los Estados Unidos, al concluir la Gran Guerra, se habían convertido en el país líder del capitalismo en el mundo, por encima de Inglaterra, quien había ocupado esa posición por dos siglos.

Alemania adoptó rápidamente una fórmula de recuperación, utilizó el capitalismo monopolista de Estado para controlar con dureza su despegue y se fundamentó en una economía de Guerra y un Estado fuerte. Así, en solo veinte años, con una economía altamente tecnificada, se capitalizó, y encontró como salida, una concepción nacionalista exacerbada, el Nazismo. Hitler llegó al poder y confesó su odio al comunismo como sistema. Desarrolló un ejército espectacular ante la complacencia imperialista y se preparó para la guerra.

Es tan clara la complacencia hacia Alemania que, cuando las tropas nazis entran en Austria y lo hacen parte del Tercer Reich, la euforia popular alemana y austriaca se funden, el silencio cómplice es total. La carga ideológica que desarrolló el nazismo es contaminantemente seductora, lo que generó una corriente favorable en parte de la opinión pública mundial. La esperanza de los países europeos, es que Hitler abriera su acción bélica hacia la URSS. Lo importante en este caso, es que el capitalismo alemán no únicamente quiere destrozar a la Unión Soviética, sino además conseguir el predominio imperialista en el mundo.

Por su parte, la Unión Soviética detectó la verdadera intención del Nazismo y empezó a preparar su defensa, por lo que valoró que debería de tener un plazo de tiempo suficiente para lograrlo (estiman dos años), en términos económicos, militares y sociales.

Así, Stalin firmó un tratado de no agresión con Hitler para darse ese tiempo. Mientras, Alemania necesitaba ya iniciar las hostilidades y formó un bloque con otros dos países que requerían condiciones de expansión similares: Italia y Japón.

Por su parte, Francia e Inglaterra saben que Alemania, en ese afán imperialista, intentaría en Europa aplicar su hegemonía a costa de ellos y reaccionan cuando Hitler, ahora sí, invade Polonia, a la que domina con extrema facilidad. Entonces Alemania decide, como primer paso, abrir el frente occidental, logrando sorpresiva y rápidamente controlar toda Europa (salvo Inglaterra), con relativa sencillez.

El siguiente paso es ir hacia oriente, y abre su segundo frente en busca de la URSS, su verdadero objetivo. No hemos de detenernos en el desarrollo de la guerra, ya que no es nuestro propósito hacerlo aquí, sino establecer su verdadero motivo.

Por lo anteriormente expuesto, únicamente queremos decir que el feroz ataque que realizan las fuerzas nazis hacia Rusia hace clara su intención, ya que es allí donde utilizan el mayor número de tropas, y también es en donde las detienen y destruyen.

“El ejército rojo”, después de indiscutibles sufrimientos y voluntad, son quienes realmente derrotan a los Nazis y liberan a Europa. Cuando los países aliados se dan cuenta, en 1945, que Alemania está vencida, y que los soldados soviéticos están en control del conflicto, reaccionan con propaganda triunfalista para ellos y para minimizar al verdadero ganador.

Por su parte, los Estados Unidos hacen lo mismo que en el conflicto anterior, entran militarmente de manera tardía y no definitiva, pero en el aspecto económico, lo hacen de forma decidida y ventajosa, lo que los proyectó como el nuevo imperio.

La importancia de esta reflexión sobre el conflicto es que analicemos que aun siendo una guerra imperialista, el factor central y definitivo lo representó el terror al nuevo modelo económico seguido por la URSS, y que fueron ellos los auténticos ganadores del conflicto, razón por la cual se volvieron (a partir de ese momento) los únicos enemigos del imperialismo.

Los invito compañeros a tomar conciencia de la importancia y trascendencia de este modo de producción que nació y su relevancia en el futuro del mundo.

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