por Antonio Tovar León
El tema que nos ocupa hoy es el del movimiento obrero en Europa, es decir, las luchas de los trabajadores por mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. Ahora bien, cuando hablamos de obreros o proletarios, nos referimos a la clase social de trabajadores actuales que no poseen medios de producción y, por tanto, para poder vivir tienen que vender su fuerza de trabajo a los burgueses, que son los que se han apropiado de los medios de producción.
Antes de iniciar con el movimiento obrero en Europa, debemos tener presente que los trabajadores han existido a lo largo de toda la historia humana, dado que el trabajo, como actividad productiva del ser humano, es la condición básica de toda vida en sociedad:
- En la comunidad primitiva las y los trabajadores la constituían hombres y mujeres dedicados a la recolección, la caza y las labores domésticas;
- En el mundo antiguo, concretamente en Grecia y Roma, la principal fuerza de trabajo la constituían los esclavos, a los cuales no se les consideraba como personas sino como simples instrumentos de trabajo;
- En la edad Media, los campesinos siervos fueron la principal fuerza de trabajo; y,
- En las sociedades actuales, en el capitalismo, las masas trabajadoras las integran millones de asalariados —obreros, jornaleros, mecánicos, carpinteros, profesores, médicos, administradores, etcétera—.
Otro elemento a considerar es que las y los trabajadores, a lo largo de toda la civilización, han sido explotados por los dueños de los medios de producción (con excepción del socialismo en la URSS). Frente a esta situación, las clases explotadas, de una u otra manera siempre se han organizado y luchado por conquistar, en términos generales, la libertad, la tierra, la democracia, la justicia social, etcétera.
Inglaterra va a ser el escenario en donde se librarán las primeras batallas del proletariado contra la burguesía, y no podía ser en otro lugar, si consideramos que es en ese país en donde se da la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII, y que confronta directamente a dos clases sociales antagónicas: la burguesía y el proletariado.
Contenido del documento:
EL MUTUALISMO
Las primeras organizaciones que los trabajadores van a constituir para hacer frente a los riesgos eventuales que pueden sufrir son las sociedades mutualistas, las cuales se constituyen sin fines de lucro e inspiradas en la solidaridad, con el propósito de brindarse ayuda recíproca.
El mutualismo es un sistema solidario establecido en la asociación de personas que comparten objetivos de ayuda recíproca, se concreta en la asociación mutua cuyo fin principal es atender las necesidades inmediatas de la persona y su familia. Nacen a mediados del siglo XVIII en Inglaterra donde pequeños grupos de personas que realizan contribuciones periódicas asumen el compromiso de soportar en común los gastos de sus miembros por enfermedad, defunción, despido. La Ley de Rose de 1793 dio el primer estatuto a las mutualidades.
Las mutualidades han sido reconocidas universalmente como antecedente de la previsión clásica y como generador de los modernos sistemas de seguridad social. Al paso del tiempo, en las primeras décadas del siglo XX, con la implementación del sistema de seguridad pública, el mutualismo va perdiendo popularidad.
Originado como una adaptación del sistema gremial1en el siglo XVIII y difundido ampliamente durante el siglo XIX, en la actualidad existen alrededor del mundo múltiples asociaciones mutualistas integradas a la sociedad moderna. En el presente, el mutualismo está ligado a empresas financieras (Bancos mutualistas de Estados Unidos), a aseguradoras (Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de Seguros), cooperativas, entidades de fomento de la economía solidaria, gremios y movimientos religiosos.
LAS TRADE UNION
Frente a la pobreza y la miseria de la clase trabajadora a causa de la explotación capitalista los trabajadores se vieron en la necesidad de organizarse, de formar asociaciones o sindicatos (trade union) para poder enfrentar a los capitalistas y exigirles mejores condiciones de vida y de trabajo.
Los antecedentes de los sindicatos podemos encontrarlos en los gremios medievales en los cuales se agrupaban los artesanos de determinados oficios (zapateros, carpinteros, panaderos, sastres, etcétera).
El nombre sindicato tiene su raíz etimológica del griego syndikos, que significa hacer justicia, y su finalidad es defender y promover los intereses de los trabajadores frente a los empresarios.
A finales del siglo XVIII surgieron en Inglaterra las primeras asociaciones de obreros, denominadas de socorro mutuo, con el objeto de lograr mejoras laborales y salariales, y operando como cajas de resistencia para protegerse en casos de fallecimiento, enfermedad, desempleo o huelga.
La legislación inglesa, siguiendo el ejemplo de Francia, en 1791 implantó la Ley Chapelier que consagraba la libertad de empresa y proscribía las asociaciones y corporaciones gremiales de todo tipo. A pesar de estas prohibiciones los trabajadores frente a los abusos de los empresarios por las jornadas de trabajo prolongadas, el empleo infantil, las mujeres mal remuneradas, fábricas insalubres, hacinamiento, despidos y accidentes de trabajo sin indemnización, etcétera, los empujó a seguir luchando y organizarse en sindicatos. Es así como vemos aparecer en Europa las primeras organizaciones sindicales de trabajadores:
- En 1829 el obrero irlandés John Doherty fundó la Gran Unión de los Hiladores y Tejedores a Destajo de Gran Bretaña y la primera central sindical de todos los oficios de la historia, la Asociación Nacional para la Protección del Trabajo, que agrupaba a 150 sindicatos con 100,000 miembros. Editó el histórico periódico obrero: “La Voz del Pueblo”.
- En Francia, con la revolución de 1848, las reivindicaciones del derecho a asociarse y de la jornada laboral de diez horas alcanzaron su apogeo.
- La Asociación de Trabajadores de Inglaterra, en 1838, elaboró la carta del Pueblo, exigiendo el voto universal y secreto.
- En Alemania, en 1863 se forma la Asociación General de Trabajadores Alemanes.
- En España la Unión General de Trabajadores (UGT), en 1888.
- En Francia la Conféderation Générale du Travail (CGT), en 1895.
- En Estados Unidos el American Federation of Labor (AFL), en 1886.
- En Inglaterra se funda el Trade Union Congress(TUC).
- En 1884 se reconocen los sindicatos obreros en Francia. Es en Lyon precisamente donde, en 1886, se crea la Federación Nacional de Sindicatos y grupos cooperativos (FNS).
- En 1895 la FNS francesa se transforma en la Conféderation Genérale du Travail (CGT).
- En los años 1850 el movimiento sindical se extiende por Europa y se crean sindicatos en Portugal, Bélgica y Alemania.
EL LUDISMO
El ludismo fue un movimiento encabezado por artesanos ingleses en el siglo XIX, entre 1811 y 1816, los cuales protestaron por el hecho de que las nuevas máquinas venían a acabar con su empleo. Este movimiento se manifestó en la destrucción de máquinas y la quema de fábricas por considerar que las nuevas máquinas estaban arruinando la industria artesanal.
Los telares industriales y la máquina de hilar industrial introducidos durante la Revolución Industrial amenazaban con reemplazar a los artesanos con trabajadores menos calificados y con salarios más bajos, dejando sin trabajo a los artesanos.
El nombre de este movimiento, ludismo, al parecer se debe a que Ned Ludd, un joven que supuestamente rompió dos telares en 1779, y cuyo nombre pasó a ser emblemático para los destructores de máquinas.
Una variante agrícola del Ludismo tuvo lugar durante los Disturbios Swing de 1830 en el sur y este de Inglaterra, la cual se centró en romper las máquinas trilladoras.
Al parecer, la destrucción de las máquinas, según Malcom L. Thomis, fue sólo un mecanismo que los trabajadores utilizaron para aumentar la presión sobre los empleadores, para debilitar a los trabajadores peor pagados que competían con ellos, y para crear solidaridad entre trabajadores.
Las condiciones laborales en las fábricas textiles por las desavenencias salariales, renta de telares, cantidad de empleados en aprendizaje, y que el trabajo se realizaba con material de menor calidad, provocó que en 1811 comenzaran los altercados, lanzando a la fama la figura de Ned Ludd. El movimiento comenzó en Nottingham el 11 de marzo de 1811 y se expandió rápidamente a través de Inglaterra durante los siguientes años. Los tejedores de Handloom quemaron molinos y piezas de las máquinas de las fábricas.
Activistas destrozaron la máquina de cordones de Heathcote en Lougborough en 1816; en 1817, un tejedor desempleado de Nottingham y probable exludita llamado Jeremiah Brandreth dirigió el levantamiento de Pentrich, que fue una revuelta general no relacionada con las máquinas, pero que podría ser vista como la última acción ludita importante.
En España, las manifestaciones del ludismo tuvieron su expresión en Cataluña con la quema de la fábrica Bonaplata en Barcelona a lo largo de los motines populares conocidos como la bulla anticlerical de 1835.
EL CARTISMO
Fue un movimiento popular radical en Inglaterra de 1838 a 1848 en el que los obreros dieron un viraje a la lucha política con el propósito de conquistar la igualdad de derechos para todos los ciudadanos. Esta lucha de la clase obrera tiene sus causas en los cambios derivados de la Revolución Industrial, la coyuntura económica y las leyes promulgadas por el Parlamento.
El movimiento fue iniciado por algunos diputados radicales, que apoyados por los trabajadores, pretendían conseguir una política más democrática en el Parlamento al pensar que si los trabajadores entraban en el parlamento conseguirían una reducción en las horas de trabajo y un aumento en los salarios. Este movimiento fue de índole política, y debe su nombre a la Carta del Pueblo (respaldada con un millón de firmas), escrita el 7 de junio de 1837 en el British Coffe House de Londres y enviada al parlamento en 1838, con las siguientes peticiones:
- Sufragio universal masculino (a los hombres mayores de 21 años, sin antecedentes penales);
- Voto secreto;
- Sueldo anual para los diputados que posibiliten a los trabajadores el ejercicio de la política;
- Elecciones anuales al parlamento que, aunque pudieran generar inestabilidad, evitaría el soborno;
- La participación de los obreros en el Parlamento mediante la abolición del requisito de propiedad para asistir al mismo; y
- Establecimientos de circunscripciones iguales, que aseguren la misma representación al mismo número de votantes.
Aunque el movimiento no consiguió imponer todas sus demandas y paulatinamente fue perdiendo fuerza, bastantes de ellas, como la jornada de trabajo de 10 horas, fueron elevadas a la categoría de leyes y constituye un primer ensayo de organización política obrera.
Las primeras protestas del movimiento cartista tuvieron lugar con la promulgación de la Ley de reforma electoral de 1832 (Reforma Bill). Las protestas de este grupo se intensificaron con la aprobación posterior de la Ley de Enmienda a las leyes sobre los pobres (Poor Law Amendment Acty) de 1834, la cual pretendía abolir la asistencia social y convertir los asilos para pobres en una especie de penitenciarias.
En 1836 se formó en Londres la Asociación de Hombres Trabajadores de Londres, bajo la dirección de William Lovett (1800-1877), un artesano ebanista, lo que permitió impulsar el movimiento, pues en los estatutos de la asociación se establecía como principal objetivo la conquista del sufragio universal. Para ello se programó una campaña de agitación y se fueron creando numerosas asociaciones por todo el país, las cuales se agruparon en el Sindicato Nacional de Clases Obreras (National Union of the Working Classes).
Los defensores del cartismo pensaban que cuando los trabajadores alcanzaran el poder político podrían adecuar las leyes a sus intereses de clase. Aunque el movimiento del cartismo no logró conquistar la solución a sus demandas, no se puede considerar como un fracaso, pues se trató de una experiencia importante para la clase trabajadora, que a partir de este momento comenzará a exigir mejores condiciones. Además, el movimiento dio origen al surgimiento de nuevas ideologías: el socialismo, el cooperativismo, el comunismo.
LA PRIMERA INTERNACIONAL
La primera Internacional (Asociación Internacional del Trabajo AIT) creada en Londres en 1864, nace como respuesta a la explotación que sufren los trabajadores a consecuencia de la Revolución Industrial. Su tarea principal era la organización política del proletariado en Europa y el resto del mundo, así como un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción con el objetivo central de lograr instaurar un orden social más justo e igualitario luchando contra el capitalismo.
Podríamos decir que la Asociación Internacional del Trabajo tiene sus antecedentes en la clandestina Liga de los Proscritos creada en 1834 por uno de los grupos más activos de oficiales artesanos alemanes, exiliados en París, con el propósito de liberar a Alemania de la servidumbre y crear, en la medida de lo posible, un Estado en donde no tenga cabida la miseria y la esclavitud.
En 1836, por iniciativa de Karl Schapper (un exiliado alemán) la liga cambio de nombre por Liga de los Justos, teniendo como objetivo fundamental la solución a la cuestión social. Este objetivo fue precisado en 1848 al afirmar que la Liga “aspiraba a la redención de la humanidad y a la realización de los principios contenidos en los derechos del hombre y del ciudadano”.
A mediados de la década de 1840 se incorporan a la Liga otros dos exiliados alemanes: Karl Marx y Friedrich Engels. En junio de 1847 se celebró un Congreso en Londres en el que se aprobó la integración del Comité en la Liga y el cambio del nombre de ésta que pasó a llamarse Liga Comunista, la cual existió de 1847 a 1852. También se encargó a Marx y Engels redactar un programa de lucha para la Liga: “El Manifiesto Comunista”.
Durante algunos años el movimiento de los trabajadores recibió la influencia de diversos ideólogos que se ocuparon de estudiar e investigar la situación de los trabajadores, entre ellos estaban Friedrich Engels, que escribió La situación de la clase obrera en Inglaterra, basándose en los datos y la convivencia con el movimiento “cartista”.
A partir de la década de 1840, los alemanes Karl Marx y Friedrich Engels se instalan en Inglaterra y darán origen a un particular pensamiento obrero, el marxismo, o socialismo científico, que será seguido en todo el mundo. Contemporáneamente el ruso Mijaíl Bakunin y el francés Pierre-Joseph Proudhon, sientan las bases del anarquismo2.
En 1848 se extienden por toda Europa una serie de movimientos revolucionarios que tienen especial importancia en Inglaterra y Francia; en ellos se hacen exigencias tanto de carácter político como social, proponiendo la protección de los intereses de los trabajadores y el derecho al trabajo. A esos movimientos se refieren Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, publicado ese mismo año.
La I Internacional fue considerada como uno de los factores que condujeron a la creación de la Comuna de París3en 1871. Aunque esta idea es disputada, Marx elaboró un escrito en relación con la defensa de la Comuna: “La Guerra Civil en Francia”, en 1871.
Al interior del AIT, se dio una lucha ideológica por diferencias programáticas, entre Marx y Bakunin (partidario del anarquismo colectivista). Lucha que llevó a la escisión de ambos sectores, pues mientras los marxistas eran partidarios de una Internacional de partidos obreros fuertemente centralizados, con un programa mínimo basado en la lucha por conquistas sociales y laborales concretas, y uno de máximo basado en la lucha por la revolución social a través de la conquista del poder del Estado, los anarquistas postulaban un modelo revolucionario basado en la asociación asociativa-cooperativa (federalismo) que pregona el poder de la decisión por medio del consenso.
En 1872, el Consejo General de la AIT se traslada a Nueva York, disolviéndose oficialmente en 1876.
LA SEGUNDA INTERNACIONAL
En 1889 se funda la Segunda Internacional, en cuyo primer congreso, celebrado en París el 14 de Julio en el que participa F. Engels, a propuesta de éste se declara al 1º de mayo como Día Internacional de los Trabajadores en conmemoración de los 5 huelguistas ejecutados en mayo de 1886 en Chicago.
En 1895 la FNS francesa se transforma en la Confederación General de Trabajadores (CGT); en 1899 se firma en Suecia el primer pacto social entre empresarios y sindicatos.
Desde fines del siglo XIX, en la medida que se fue conquistando el voto universal y secreto y la posibilidad de que representantes de los trabajadores y partidos obreros accedieran a los parlamentos e incluso obtener el triunfo electoral en un país, el movimiento obrero toma características nacionales. En este sentido, la clase obrera de cada país tiene su propia historia sindical.
Al comenzar la Primera Guerra Mundial en 1914, la Segunda Internacional se va a fracturar, dividiéndose sus integrantes en dos corrientes: los socialistas reformistas y los revolucionarios. Los primeros, los reformistas, apoyaban el esfuerzo bélico de sus respectivos gobiernos al entrar éstos en guerra; los segundos, los revolucionarios, se opusieron al conflicto por considerarlo “útil sólo para la burguesía”, y contrario a los intereses del proletariado y acordaron que, en vez de ir a la guerra, los obreros, en sus países, deberían luchar con todos los medios a su alcance para lograr el hundimiento de la dominación capitalista de clase.
Es así como esta Internacional termina en 1914 con un papel vergonzante de su máximo dirigente Carlos Kautsky4, al pasarse abiertamente del lado de la burguesía.
LA TERCERA INTERNACIONAL
En 1914, con la Primera Guerra mundial, al producirse la fractura de la Segunda Internacional por el hecho de que los socialistas reformistas se dejaron llevar por el chovinismo de guerra y haber descartado el internacionalismo que debía distinguir a los partidos socialistas, los grupos socialistas revolucionarios celebraron la conferencia de Zimmerwald en septiembre de 1915 y luego la Conferencia de Kienthal en abril de 1916, ambas en la neutral Suiza. En estas conferencias las organizaciones revolucionarias manifestaron su ruptura con la Internacional Socialista y se convirtieron en la Base de la III Internacional, construida por los partidos socialistas que se habían opuesto a la Primera Guerra Mundial.
La “Tercera Internacional” fue fundada como la Internacional Comunista en marzo de 1919 en Moscú, con el proyecto de romper definitivamente con los elementos reformistas que, a juicio de los socialistas revolucionarios, habían traicionado a la clase trabajadora y provocado la bancarrota moral de la Segunda Internacional. La debilidad de los partidos socialistas, tras el fin de la guerra en 1918, y el hecho de que los bolcheviques rusos ya hubieran empezado su propia revolución de modo exitoso determinó que los socialistas revolucionarios eligieran Petrogrado como su primera cede.
LA CUARTA INTERNACIONAL
La IV Internacional fue una organización internacional de partidos comunistas seguidores de las ideas de León Trotski, quien fue además su principal dirigente. Fue fundada en un congreso de delegados en Perigny, París, el 3 de septiembre de 1938, que aprobó el Programa de Transición. La IV Internacional se consideraba heredera de todas las internacionales obreras, pero su modelo organizativo y programa político se basa en los cuatro primeros congresos de la III Internacional. La IV Internacional quedó debilitada tras el asesinato de Trotski en 1940 y quedó disuelta tras una serie de escisiones en 1953 y 1963. Desde entonces, múltiples organizaciones se consideran herederas de la IV Internacional.
Notas:
- La guilda y el montepío. La guida es una corporación de mercaderes o de comerciantes; una forma habitual de asociación de la Baja Edad Media; montepío, Monte de Piedad, también llamado montepío, fueron y son entidades benéficas donde los pobres podían obtener sumas en metálico empeñando sus pertenencias y, así sostener sus necesidades más primarias.
- Bakunin, Mijaíl Alexándrovich (1814-1876) Ideólogo del anarquismo; actuó en la I Internacional como enemigo rabioso del marxismo; en el congreso de la Haya, en 1872, fue expulsado de la I Internacional por sus actividades escisionístas: organizó al seno de la Internacional la Alianza de la Democracia Socialista. Proudhon, Pierre-Joseph (1809-1865). Publicista, economista y sociólogo francés (ideólogo de la pequeña burguesía). Criticaba la gran propiedad capitalista, pero soñaba con perpetuar la pequeña propiedad privada; rechazó la lucha de clases, la revolución proletaria y la dictadura del proletariado, y, como anarquista que era, negaba la necesidad del Estado.
- La Comuna de París, gobierno revolucionario del proletariado francés (1871, del 18 de marzo al 28 de mayo). Tuvo lugar tras la derrota de Napoleón III en la Guerra Franco-Prusiana (1870-71). Louis Adolphe Thiers (futuro jefe ejecutivo) de la Tercera República Francesa buscó firmar el armisticio, el cual se llevó a cabo el 26 de enero en el Palacio de Versalles. El canciler Otto von Bismarck, representante del emperador de Alemania, exigió para París la rendición de las plazas fuertes de las fortificaciones que rodeaban la capital, el desarme de los soldados que aseguraban la defensa de la capital, la posibilidad de entrar en Paría y el pago de un rescate de 200 millones de francos.
- Kautsky, Carlos (1854-1938) líder de la socialdemocracia alemana y máximo dirigente de la II Internacional, traicionó al proletariado al pasarse a lado de la burguesía, cuando al estallar la guerra, traicionando los acuerdos del “El Congreso Socialista Internacional de Stuttgart, celebrado entre el 18 y 24 de agosto de 1907, y el manifiesto del Congreso Socialista Internacional Extraordinario, celebrado en Basilea el 24 y 25 de noviembre de 1912”. Que en términos generales planteaban que “en caso de que la guerra sea desembocada, los obreros de los distintos países deben procurar…con todos los medios aprovechar la crisis económica y política provocada por la guerra para agitar a las masas populares y acelerar el hundimiento de la dominación capitalista de clase”. En vez de ser consecuente con estos acuerdos, que había firmado, cuando estalló la guerra hizo un llamado al pueblo (los trabajadores) a tomar las armas para defender “la patria”, pasando a la historia como un social chovinista y un renegado.