LA GRAN GUERRA Y SUS CONSECUENCIAS

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por Luis de Luna Mendieta

Para ubicarnos en ese periodo de la historia del mundo, vamos a denominarlo como lo han hecho los historiadores, después de su finalización, La Primera Guerra Mundial (1914—1918), conflagración determinante en el desarrollo del orden mundial.

Lo primero que les propongo es que la analicemos, como todo lo que nos proponemos desde El Tribuno, penetrando en los móviles del poder económico imperante en ese momento en el mundo. Para ello, lo primero a entender, es que el capitalismo no es estático (sistema predominante que se plantea desde el Siglo XV), pues ya en este momento (Siglo XXI) lo reconoceremos como Imperialismo y, como decía Lenin, representaba la última fase de él.

Si lo vemos con este enfoque, nos vamos a simplificar esfuerzos de análisis y vamos a evitar caer en ese maremágnum informativo, que han diseñado los ideólogos burgueses para confundirnos, haciéndonos pensar que el problema provino de un hecho circunstancial y malévolo, un asesinato, que condujo a los países a la confrontación.

No, aquí lo que tenemos que analizar es la posición e intereses de las potencias que controlaban al mundo y la razón por la que les era necesario aniquilar a sus adversarios económicos. Inicialmente, diremos que dentro del capitalismo, el control de los territorios en el mundo ya se había verificado y las potencias se lo habían repartido impunemente, razón por la cual, la única forma de lograr conseguir nuevos espacios era quitándoselos a otros.

Como todos sabemos, las dos potencias capitalistas dominantes en los Siglos XVII y XVIII, fueron Francia e Inglaterra, quienes se habían disputado violentamente los territorios buscando la primacía sobre ellos y sus riquezas. De esta disputa, Inglaterra tomó la ventaja clara, volviéndose el arquetipo del capitalismo mundial.

Aún si esto es verdad, no evitó que otros países nuevos, a principio del Siglo XX, empezaran a crecer utilizando un modelo de desarrollo capitalista moderno, que los ubicó como serios contendientes en este conflicto de espacios, tal es el caso de los Estados Unidos, Alemania y Japón. Los EE.UU, por ejemplo, se impusieron en América y con base en ello se fortalecieron. Alemania buscaba mayor participación en África, pues había llegado tarde al reparto de los siglos anteriores y demandaba espacios. Japón lo buscaba en Asia.

Por su parte, en Europa había dos imperios importantísimos involucrados, que eran protagonistas centrales en esta querella: el naciente imperio Prusiano – Alemán y el Imperio Inglés, quienes rivalizaban en todo. Pero también había imperios otrora poderosos, que empezaban a sufrir los estragos de esta belicosidad mercantil, como el imperio Otomano (lo que quedaba de él), el imperio Austrohúngaro (que vivía de sus glorias) y el imperio Ruso, que resultaba estratégicamente importante, aunque débil en su desarrollo.

Este imperialismo capitalista, demandaba como fórmula enfrentamientos para crecer, razón por la cual se gestan dos grandes bloques en Europa. Uno denominado la Triple Entente, formado por Francia, Rusia e Inglaterra. Su contraparte, la Triple Alianza, formada por Alemania, el imperio Austro-húngaro e Italia.

Ahora bien, la situación que acelera este conflicto, se da por la disputa de los espacios perdidos por el imperio Otomano en la península Balcánica, siendo Serbia la mecha. Las coaliciones se ajustan, ya que Italia se pasa al bando contrario, al que se suman Japón y los EE.UU, mientras que a la Triple Alianza se añaden el imperio Otomano y el reino de Bulgaria.

Esta conflagración se verifica principalmente en Europa, pero también les interesan zonas de Asia, África, Medio Oriente, las costas de América y las islas del Océano Pacífico. Inicia en julio de 1914 a noviembre de 1918, es un evento que involucra 70 millones de combatientes, 10 millones de muertos, la utilización de armas nunca antes conocidas como: la aviación, los blindados, artillería de gran calado, las armas químicas, etc., que matizaron la ferocidad de los participantes por conseguir intereses económicos mezquinos, para privilegiar a unos cuantos.

Esta brutalidad oligárquica descomunal parecía no tener límites, pero dentro de este torbellino de calamidades venía aparejada una nueva opción política y económica para el mundo, que iba a transformar sus cimientos estructurales, ideológicos y de justicia: el nacimiento de la primera República Socialista. Dentro de este desorden, en Rusia, la capacidad de organización de las fuerzas sociales llevó al proletariado al poder. Esta acción demostró profunda conciencia y organización social, provocando no únicamente la caída de ese imperio caduco, sino demostrando que sí era posible una sociedad así.

La relevancia de este hecho modificó la guerra, aterrorizó a los cínicos contendientes, cambió la propia correlación imperialista haciendo crecer como una fuerza mundial a los EE.UU, pero también se modificó la perspectiva de los oprimidos en el mundo, se había construido un nuevo paradigma mundial.

Esa es la trascendencia de esta gran confrontación, razón por la que los invito a conocer más sobre ella y así entender, los verdaderos Intereses del Poder.

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