PANDEMIA: NUEVA SOLUCIÓN A LAS CRISIS CAPITALISTAS

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​por Laura Alejandra Aldana Chávez

En tiempos de crisis es común escuchar a la derecha pronunciar discursos de unidad. Principalmente, durante esta pandemia se repitió reiteradamente que la crisis nos afectaba a todos por igual, también escuchamos decir que juntos saldremos adelante. Pero, ¿qué hay detrás de estos argumentos?

En un periodo de crisis, el sistema capitalista busca la forma de perpetuarse y salir bien librado de ella, la clase dominante busca “áreas de oportunidad” dentro de la crisis, para avanzar hacia un programa liberal. Ejemplos en la historia hay muchos. Todos recordamos el caso de Pinochet en Chile, tras un golpe militar al gobierno de tinte socialista de Salvador Allende, se instauró en ese país una dictadura militar con el objetivo de acabar con la disidencia e instaurar el neoliberalismo.

Las crisis económicas son una contradicción del propio sistema capitalista, ya que por un lado existe una anarquía en la producción de mercancías que inundan el mercado y, por el otro, una precarización en los salarios que no permite el consumo. Ante las crisis, el sistema busca los medios para no perecer, aunque la alternativa signifique destruir las fuerzas productivas a través de las guerras imperialistas, en las que el resultado es la consolidación de monopolios cada vez más poderosos.

La receta acabada de la burguesía, para salir de las crisis del capitalismo, es la destrucción de las fuerzas productivas, pero el fenómeno debe ser cada vez más sutil para garantizar la dominación de la clase burguesa sin poner en riesgo su propia existencia, cuidando no provocar un estallido social. Por lo que esas medidas sutiles deben justificar tanto el cierre de sectores económicos que permitan despidos masivos sin oposición, como el gasto del gobierno desproporcional a favor del rescate de empresas o destinado a sectores específicos. Es así como una pandemia, un desastre natural o un temor colectivo, son ideales para perpetuar su poder y reiniciar el ciclo capitalista.

Todos recordamos la pandemia por influenza AH1N1, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Una muestra de la desproporcional reacción de un gobierno que buscó “su área de oportunidad” para legitimarse mediante un supuesto brote de gripe porcina, declarado el 16 de abril de 2009, mediante notificación a la OPS y a la OMS, donde el Gobierno de México señaló un inusual incremento de casos de infecciones respiratorias agudas en los estados de Oaxaca, Veracruz y San Luis Potosí. Sin embargo, según declaraciones del ex Secretario de Salud, no se supo el origen y no se comprobó la existencia del virus.

El gobierno de FECAL realizó medio millón de pruebas en un periodo de 6-8 meses para saber que era lo que estaba pasando. Se suspendieron las clases en el Valle de México (a pesar de que los primeros brotes fueron en el sur del país) y se usaron 1700 unidades para el programa “Caravanas por la salud” para todos los rincones de México, pero con una concentración mayor en la zona metropolitana, de esta forma el gobierno se tomó la molestia de buscar pacientes enfermos a través de estas caravanas.

Por otro lado, se habló de una saturación de hospitales, el INER (punto de contención de este brote) recibía hasta 45 enfermos por día, obligándolos a abrir un nuevo pabellón de 30 camas. Este virus se caracterizó como un virus no tan letal, “se estima que entre el 0 y el 0.01 por ciento de la población mundial falleció a causa de complicaciones respiratorias asociadas a infecciones por el virus (H1N1) durante los 12 primeros meses que circuló el virus”1. En nuestro país, el ex Secretario de Salud da las cifras de 78 mil casos y mil 300 muertes. Otro dato importante es que el virus era sensible a un fármaco en ese entonces patentado y que trajo enormes ganancias a la farmacéutica ROCHE, aumentando su venta en un 435%. Tan solo el gobierno de México adquirió 1 millón 200 mil dosis de dicho fármaco.

A pesar de no existir evidencia probatoria de la existencia del virus – tal como lo señala el ex Secretario de Salud en entrevista para Milenio2, – la directora general de la OMS, el 25 de abril declaró una emergencia de salud pública de preocupación internacional. Antes de finalizar el año, la OMS y OPS anunciaron que la nueva vacuna estaba lista, enarbolando la participación del Gobierno de México.

Una muestra del alcance mediático que tuvo este periodo de pandemia fue el caso de la comunidad de la Gloria, en Veracruz, donde el 60 % de su población se contagió, los medios destacaron que la comunidad es cercana a una granja de cerdos con aguas negras a cielo abierto y éste podría haber sido el origen del virus. En dicha comunidad se centró la atención, pues se señaló que ahí se había dado el caso cero, siendo un niño de cinco años, con síntomas de tos y gripa. Edgar Hernández tiene una estatua en su honor.

Tales acontecimientos narrados pueden resultar anecdóticos, sin embargo, debemos analizarlos de forma crítica respondiendo a qué intereses beneficiaron. Más allá de las ganancias a las farmacéuticas, el cierre de la actividad económica y el gasto desproporcional del Gobierno, debemos entenderlas como un ensayo que permitió preparar el escenario para un brote mucho más extenso, de mayores proporciones y con efectos más terribles.

La crisis más reciente, la del COVID- 19, desató un proceso de pánico colectivo hacia un virus que puede causar grandes estragos en la salud de la población. La parálisis social decretada por el Gobierno Federal, para el cierre de escuelas, fábricas o centros comerciales, impactó severamente en la economía. A pesar de eso, la burguesía será la menos afectada, utilizará su aparato ideológico para perpetuar el capitalismo mediante herramientas de miedo, populismo e incluso absolutismo.

Así, las nuevas estrategias de reactivación de las fuerzas productivas (por parte de la burguesía) ya no son las guerras armamentistas, sino que hacen uso de emergencias sanitarias o naturales que generan una parálisis social y económica, aunque no porque ello dejan de existir, en automático, las guerras armamentistas, solo que se manifiestan únicamente en guerras locales.

Sería ingenuo pensar que un simple virus logró colapsar al sistema capitalista. Tenemos que aceptar que la actual crisis económica y sanitaria que atraviesa el mundo es originada en el seno del propio sistema capitalista, por lo que, encontrar una solución dentro de éste, es una necedad.

Notas

1 https://espanol.cdc.gov/flu/pandemic-resources/2009-h1n1-pandemic.html

2 https://www.youtube.com/watch?v=-hq7MTgRl6w

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