Partido Comunista Mexicano

Artículo introductorio a este partido comunista de contrastes, donde veremos las principales condiciones que lo determinaron.
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por Luis de Luna Mendieta

INTRODUCCIÓN

Hoy he decidido abordar el tema del Partido Comunista Mexicano (PCM), ya que considero fundamental que todos los lectores de El Tribuno cuenten con la información indispensable que requieren conocer, para así, darle su exacta dimensión e importancia a esta organización. Al ir contactando con su historia y actividades, tendremos un panorama claro de su trabajo político y así, entender la razón de esos “claros obscuros” que ha tenido; tanto en sus aspectos: de organización política, formación ideológica y de articulación social, que lo han hecho —no siempre—, una herramienta útil de agitación y transformación revolucionaria.

Por este motivo, el artículo, únicamente ha de servir como una introducción al tema, en donde, a grandes rasgos, dibujaremos las principales condiciones que lo determinaron, esperando que les sirva de estímulo para conocerlo más.

ANTECEDENTES

Empezaremos por decir que la corriente marxista en nuestro país, aunque tenía presencia ya desde el siglo XIX, era incipiente su conocimiento y trascendencia que resultaba poco significativa si la comparamos con la otra corriente revolucionaria llegada a México como, El Anarcosindicalismo, cuya representación y participación en el movimiento obrero en México, es destacada desde finales del Siglo XIX.

Fue hasta 1911, cuando un grupo de obreros e intelectuales se decide a crear un partido con orientación hacia el socialismo científico, denominándolo “Partido Socialista Mexicano”, encabezado por Adolfo Santibáñez, Lázaro Gutiérrez de Lara, entre otros.

Ahora bien, hay dos elementos representativos que permitieron una más rápida toma de conciencia de esta necesidad de organización de clase y son: la promulgación de la Constitución Política el 5 de febrero de 1917, misma que por primera vez incluye beneficios importantes para la clase obrera mexicana; por otro lado, en octubre de ese mismo año, en Rusia, se realiza la Primera Revolución Proletaria del Mundo, que hace tomar el poder a los obreros.

Este hecho entusiasma a todas las comunidades proletarias del planeta que quieren imitarlos, por lo que, en abril de 1919, Lenin crea en Moscú, La III Internacional (Internacional Comunista, IC) e invita a la formación de Partidos Comunistas Nacionales que se sumen a ella.

III INTERNACIONAL (INTERNACIONAL COMUNISTA)

También debemos recordar que los Estados Unidos son parte de los países que invaden en 1918 a la nueva sociedad creada en Rusia, esto provoca que una gran cantidad de cuadros comunistas residentes en ese país sean perseguidos, por lo que algunos vienen a México a refugiarse como: Nath Roy y Frank Seaman, entre otros. Con esto se facilita la creación de un partido de estas características, utilizando como soporte a todas las organizaciones obreras y políticas existentes en el país.

Recordemos que el gobierno de Carranza desde 1918 había promovido, a conveniencia del Estado, la creación de la CROM, central obrera que respondía a formas corporativistas con el apoyo cínico de la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL, American Federation of Labor), de los EE.UU. Por eso, en el año de 1919 se organiza formalmente un Congreso Socialista (CS), invitando a todas las organizaciones socialistas existentes en la República: a los sindicatos, partidos, ligas de resistencia, publicaciones obreras, etc., dando como resultado una composición grande pero heterogénea de grupos.

DIVERSIDAD DE AGRUPACIONES Y ORGANIZACIONES

Con la realización del CS, se logró la creación del Partido Nacional Socialista, cuyo comité quedaba integrado provisionalmente por los 22 delegados que aceptaron la Declaración de Principios y el Programa de Acción, concluyendo el 3 de septiembre. Pero el 7 de septiembre hay una primera ruptura y se forma El Partido Comunista de México, siendo su cabeza Linn A. E. Gale, periodista americano y Fulgencio C. Luna, mismos que son expulsados. Para estas fechas, llega también a México Mijail Borodin, personaje designado por la IC para entablar relaciones con el país. Esta efervescencia desencadena el 24 de noviembre de 1919 una “sesión extraordinaria del PSM” donde se decidió adoptar el nombre de Partido Comunista Mexicano con José Allen a la cabeza, provocando un nuevo sisma en el PNS, ya que algunos de sus integrantes decidieron quedarse en el PNS.

Con esta representación, el PCM asiste a la III Internacional de donde adquiere línea política. Una de las grandes diferencias entre lo solicitado por la IC, era que los partidos comunistas participaran en la vida política local, pero el PCM decide adoptar una posición abstencionista, negándose, durante 5 años, a participar en la lucha por esos espacios. Es importante comentar que surge también una división entre los dos partidos comunistas (PCM y PC de M), no profundas ni ideológicas, sino producto de aspiraciones mezquinas, que demandaban la representación de los dos grupos en la IC. Dicha disputa llegó a la propia IC, quien en respuesta envió a Sen Katayama, junto con Louis C. Fraina, para resolver el problema, entre otras cosas.

Otra dificultad que tiene que enfrentar la izquierda mexicana es la lucha con Luis Morones y su organización y esta se logra unificando a los grupos que quedaron en la atmósfera política, formada básicamente por organizaciones anarquistas y comunistas quienes se separan de la CROM y crean en 1921 un organismo en paralelo denominado Confederación General de Trabajadores, CGT, institución de corta vida debido a las diferencias entre las corrientes que lo integraban.

DÉCADA DE 1920

Debemos sumarle a lo anterior el contexto político nacional, recordemos que Carranza en 1920, concluía su período con una situación política de debilidad, razón por la cual hay un levantamiento encabezado por Adolfo de la Huerta, quien promovía la candidatura de Álvaro Obregón, a la que Carranza se oponía.

Aunque el PCM se rehusó a participar en las elecciones de 1920 y oficialmente no contendió por ningún cargo público en ellas, algunos sectores del partido situados o ligados a la tendencia nacionalista, abiertamente apoyaron la candidatura de Álvaro Obregón.

El gran problema para el PCM proviene de que los EE.UU. le niegan el reconocimiento a Obregón en su arribo al poder, producto de un levantamiento armado y le exigen como condición, la firma de un Tratado desventajoso y además, en el campo obrero, le exigen que limite la participación de extranjeros en la política nacional y particularmente de los que habían llegado de huida de los EE.UU. Muchos de ellos formaban parte de la estructura del PC. Por ello Obregón empieza una persecución sobre estos militantes y desmantela el naciente partido.

Durante 1920, se incorporan a las filas del PCM algunos de los cuadros más estables, que ocuparán posiciones dirigentes en las siguientes dos décadas. Manuel Díaz Ramírez, Rafael Carrillo, José C. Valadés y Alfredo Stirner, este último fue uno de los organizadores de la Federación de Jóvenes Comunistas en agosto de 1920.

El Partido Comunista toma la vanguardia política en el país al incrementar los vínculos que mantenía con el movimiento obrero y popular real, buscando vincularse al movimiento de masas. Este hecho es lo que le permite al PCM tomar ventaja sobre las otras organizaciones obreras. Una muestra de este tipo de trabajo, que le reditúa en términos de imagen y formas de organización política, fue El Movimiento Inquilinario, que se desarrolló durante los primeros 7 meses de 1922.

Se inicia en Veracruz con la creación del Sindicato Revolucionario de Inquilinos, iniciando por ser un movimiento local, para escalar a varios estados. El éxito del movimiento lo establece el volumen de personas que participan, hasta 35 mil familias, que ponen en jaque al Estado, el cual tiene que utilizar la represión para aplastarlo.

Esto le da experiencia al partido, ya que logra mantener a miles de inquilinos en constante movilización: mítines, manifestaciones y acciones de defensa.

Otra gran ventaja del movimiento fue que se establecieran nuevas relaciones del Partido con diferentes núcleos de obreros, como: los ferrocarrileros, los trabajadores de la construcción y los portuarios.

Para 1923 hay un nuevo conflicto político en México, llega otra vez la sucesión presidencial y hay otro levantamiento armado, ahora en contra la candidatura de Elías Calles, pero en este caso el Estado logra sofocarla. En estas circunstancias la posición del PCM nuevamente apoya al candidato oficial y condena a los alzados como reaccionarios al servicio de las oligarquías.

Con esta acción el PCM ingresa abiertamente a sus filas a un nuevo segmento muy importante, “el Campesinado”, que le va a redituar grandes resultados, tanto en imagen política, como en el engrosamiento de su membresía militante. Participa en la creación de La Liga Nacional Campesina en Veracruz, siendo Úrsulo Galván y Manuel Almanza (miembros del PC), quienes encabezan el movimiento conjuntamente con el Democratismo Revolucionario.

Para 1928 hay un hecho inusitado, “la reelección de Álvaro Obregón” que provoca otro conflicto en el país. Con ello nace el Maximato y el PNR (nuevo partido oficial) de Calles, ocasionando que en 1929 el PCM sea proscrito y enviado a la clandestinidad. Pasan 6 años para que vuelva a estar reconocido y mientras tanto, participa con las organizaciones obreras y políticas que se oponen al Callismo.

EL NÚCLEO DIRIGENTE ESTABLE DENTRO DEL PCM

Dentro del PCM, además de lo establecido anteriormente, tienen manifestaciones algunas posiciones de grupos y personas que van a ser importantes para fortalecer su imagen y prestigio en la vida nacional. Es cuando se suman al partido los “intelectuales mexicanos”, quienes, impactados por la presencia y desarrollo de la Revolución Proletaria en Rusia, quieren ser parte del movimiento. Así en 1923 se crea El Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escritores, SOTPE, quedando como Secretario General, David Alfaro Siqueiros, Secretario del Interior Diego Rivera, Secretario del Exterior Fernando Leal y Xavier Guerrero, como Secretario de Finanzas.

Este grupo creó en 1924 la publicación “El Machete” como su órgano de difusión, organizado para defender los intereses como trabajadores del arte y para establecer un vínculo directo con el sindicalismo obrero, pero en mayo de 1925 se convierte en el órgano oficial del PCM. Como responsables de su redacción figuraban Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Xavier Guerrero. José Clemente Orozco elaboró las ilustraciones principales en los primeros números; Graciela Amador hizo el epígrafe, escribió corridos y se encargó de la administración y, desde el primer momento, hasta que el periódico dejo de existir, Rosendo Gómez Lorenzo fue su más asiduo y competente redactor. Así, El Machete, representó la vinculación de los primeros comunistas con los intelectuales y al mismo tiempo el inicio de la consolidación del primer núcleo dirigente estable del comunismo en México.

El PCM también participa en 1921 en La Internacional Sindical Roja (ISR), una federación sindical internacional cuyos propósitos eran coordinar y organizar la labor sindical del movimiento comunista internacional, así como contrarrestar la influencia de la Federación Sindical Internacional que promovía la Socialdemócrata.

Esta se extingue en 1937.

EL PCM DURANTE EL MAXIMATO

En 1929 también participa en la formación de una nueva central obrera en México denominada Confederación Sindical Unificada de México CSUM, en un momento en que había guerra civil en México, la Escobarista entre marzo y mayo de 1929.

El PCM durante el conflicto trató de mantener su independencia del gobierno buscando su propia influencia política y militar. Las intrigas del gobierno de Portes Gil y las vacilaciones de los dirigentes campesinos, como Úrsulo Galván, condujeron a la división del partido.

Una vez controlada la insurrección escobarista, los gobiernos del Maximato se esforzaron por desaparecer a los comunistas como grupo político, pero no pudieron liquidarlos.

Hasta este momento la vida del PCM es reactiva, es decir, va respondiendo coyunturalmente dentro de las condiciones políticas del país, y aunque ciertamente está anclado a la política establecida por la IC, de Moscú, en realidad las condiciones de organización social y solidez política no resultan consistentes para la actividad revolucionaria que requeríamos, un auténtico partido comunista.

El movimiento Obrero Mexicano había sido seducido y capturado por la visión oficialista, quien utilizando las condiciones mundiales de tensión (la alarmante aparición del fascismo, como fórmula del capitalismo para afrontar la crisis económica mundial), hace sentir al partido que es un aliado. Por este motivo, en el nivel nacional enfrenta la crisis política interna, buscando la alianza con campesinos, obreros, militares y clases medias, contra la estructura de poder desarrollada por el Maximato.

EL PCM DURANTE EL CARDENISMO

Lázaro Cárdenas, de manera visionaria, desarrolla internamente una orientación social en su gobierno que le hace tener una amplia aceptación popular, y lo complementa a nivel internacional al promover una política del FRENTE COMÚN ANTI FASCISTA, que aglutina a todas las fuerzas progresistas del país, creando una corriente nacional en su contra, la cual sabemos era abiertamente anticomunista, que hace suponer una visión avanzada, moderna y social en ellas. Así Lázaro Cárdenas, desarrolla acciones estratégicas en cada uno de estos sectores mencionados para consolidarse.

Particularmente dentro del sector obrero, utiliza a un personaje camaleónico llamado Vicente Lombardo Toledano, quien desde 1934 se dedica abiertamente a fomentar un grupo disidente dentro de la CROM (en ese momento sumamente desprestigiada y debilitada, que hacía necesaria su sustitución), y quien conjuntamente con otros líderes destacados de ella, “los cinco lobitos”, se separan de ella, para formar La Confederación General de Obreros y Campesinos Mexicanos CGOCM, antecedente inmediato de la CTM.

En un principio el PCM tenía serias desconfianzas sobre el Gral. Cárdenas y su gobierno, pues lo ubicaban como un claro continuador del Maximato. Una muestra de ello es que, para la candidatura presidencial de 1934, el PCM, promueve al líder ferrocarrilero Hernán Laborde como su candidato presidencial, aun siendo un partido prohibido.

Pero la interpretación de los comunistas del PCM cambia cuando visualiza la política adoptada por Cárdenas y se convencen, cautivan y apoyan, entendiéndolas como favorable al socialismo, no percibiendo que era una estrategia de “El Estado del Bienestar”, con acciones como: reparto agrario, política económica nacionalista, soberanía sobre los energéticos, etc.

Es verdad, las acciones son seductoras y si además se apoya en acciones como: que Vicente Lombardo fomenta abiertamente las relaciones con la URSS, lo que los hace suponer una clara inclinación hacia el socialismo, por lo que los integrantes del PCM lo identifican como un legítimo representante del proletariado.

EL PCM, LA CTM Y EL CONTROL DEL MOVIMIENTO OBRERO

Las políticas instrumentadas por Lázaro Cárdenas, lejos de fortalecer en esencia al movimiento obrero revolucionario mexicano, lo confunde, provocando un sutil sometimiento a su control. Como ejemplo podemos destacar “la formación de la CTM”, en donde la participación del PCM es destacada y aunque se impone el oficialismo, a través de Vicente Lombardo, pues consigue ser nombrado Secretario General del organismo, la fuerza y participación del partido en su conformación lo hace aspirar a ocupar la segunda cartera en importancia en el Comité Ejecutivo, “la Secretaría de Organización”, pero aunque obtiene los votos necesarios, la tiene que ceder (ante las presiones internas y del gobierno), al grupo de “los cinco lobitos”, que encabezaba Fidel Velázquez y que amenazaba con escindirse sino la obtiene.

Esta es una clara demostración de la orientación que habría de seguir esta gran central obrera nacional, cuando de manera paulatina va desplazando a los integrantes ingenuos del PCM, hasta expulsarlos, para dar el control total: primero a Lombardo (mientras es presidente Lázaro Cárdenas), y el estado mexicano requería estabilidad social y política, pero en 1940, con la salida del presidente Cárdenas, pierde el control de ella (al ser enviado a una organización internacional poco significativa), dejando a partir del gobierno del Gral. Manuel Ávila Camacho (administración de franca inclinación derechista), a Fidel Velázquez y su grupo como la cabeza del movimiento obrero organizado del país, provocando una total sumisión y control del movimiento.

Hay un suceso de extrema relevancia en 1940, que nos indica la confusión ideológica que vive el Partido en este período, con la presencia en México de León Trotsky, en calidad de refugiado del gobierno mexicano, lo que provoca que dentro del PCM se presenten diferentes posiciones de aceptación o rechazo. Finalmente, Trotsky es asesinado dejando una nueva división en el interior del partido.

DECLIVE DEL PCM

Un parteaguas central en la orientación del PCM se da una vez terminada la conflagración mundial, cuando se manifiesta “la Guerra Fría”, en donde el Estado Mexicano abiertamente toma partido por la posición capitalista y se genera una confusión ideológica a nivel mundial y en donde, el PCM, pierde más el rumbo.

Así, la débil formación de los comunistas mexicanos y su endeble organización resiente el impacto ideológico, quien utiliza a nivel internacional una campaña de desprestigio, hacia el modelo socialista soviético, encasillándolo como una tiranía totalitaria. Eso provoca que la organización política de sus militantes se oriente a mantener la organización a través de luchas reivindicacionistas, que lo hacen perder la visión revolucionaria y de clase.

Si a esto le sumamos que el partido nuevamente es proscrito al finalizar el gobierno de Ávila Camacho, se provoca un caos: el temor de la militancia a la represión, poco interés en organizarse y la nula formación; el partido se disminuye.

Es así como nos podemos explicar la conducta del partido en las décadas 40´s, 50´s y 60´s, en donde participa en movimientos populares y gremiales muy importantes como: el ferrocarrilero, el magisterial, el médico, el campesino e incluso el estudiantil, en donde, si bien hay claras demandas de beneficio social, también la represión brutal y sacrificio de sus militantes son hasta heroicas, pero no sustantivas, ya que éstas, no se encuadran en la trasformación del régimen burgués, haciendo que el estado las pueda paliar con facilidad.

En el periodo de los 60´s, al tomar el control Arnoldo Martínez Verdugo, el partido viró hacia el Eurocomunismo, con lo que se convierte en una gran traición al movimiento comunista revolucionario. De esta fecha en adelante, su participación es reconocida por conquistar dentro de la ley sus demandas, lo cual sabemos constituye una posición light y antirrevolucionaria en la lucha por lograr la emancipación del proletariado.

Dentro de esta atmósfera, el partido en 1977, producto de la reforma electoral, consigue nuevamente su registro oficial y participa con gran éxito en el proceso electoral, utilizando la vía democrática y pacífica para llegar al poder. Es en 1981 cuando por decisión propia forma una alianza con otros partidos y desaparece como tal.

Es importante remarcar que este recorrido desde ningún punto de vista pretende minimizar las acciones desarrolladas con valentía por sus militantes, pero nos debe quedar claro que un Partido Comunista real debe tener como principal herramienta en su trabajo ―la visión clara e inconmutable de transformar la sociedad por una nueva y basada en los intereses del proletariado―.

Hoy, por eso a todos los integrantes de Construyendo Conciencias, nos debe quedar claro que si nuestro interés es el Cambio Verdadero no podemos distraer nuestro camino en su búsqueda.

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