por Antonio Tovar
El tribuno es el magistrado defensor de los intereses del pueblo, de los pobres, de los desposeídos.
En la Roma republicana, los tribunos eran magistrados que representaban y defendían los intereses de los plebeyos, uno de los elementos en que se dividía la población de los hombres libres. Para mejor comprender el término de tribuno consideramos necesario dar un esbozo de lo que fue Roma en el mundo antiguo.
Roma se funda en el año 73 a.C., con la unión de tres tribus: latinos, sabinos y etruscos. Cada una de estas tribus estaba integrada por 10 curias, y cada una de ellas por un determinado número de gens.
El pueblo romano estaba integrado exclusivamente por agricultores y guerreros.
Roma fue una civilización que dominó el mundo antiguo y estaba dividida en clases sociales: los esclavistas y los esclavos. Los esclavistas eran los hombres libres y formaban tres estamentos: los patricios, los clientes y los plebeyos.
Los patricios fueron la clase social privilegiada, los aristócratas que constituían el pueblo y, por tanto, los únicos que tenían derechos políticos; la clase social de los clientes posiblemente se formó con antiguos libertos, así como por extranjeros que llegaban a Roma y pedían la protección de un paterfamilias1; otro elemento de la población fueron los plebeyos, que estaban por debajo de los clientes, y no formaron parte de lo que se llamó el pueblo romano, por lo menos durante los primeros siglos.
Roma tuvo tres épocas: la monarquía, la república y el imperio. Durante el periodo de la monarquía Roma fue gobernada por 7 reyes –Rómulo, Numa Pompilio, Tulo Hostilio, Anco Marcio, Lucio Tarquino Prisco, Servio Tulio y Lucio Tarquino -el Soberbio- Éste último rey gobernó de manera despótica, por lo que fue destituido por los comicios por curias2. Así, termina la monarquía para ser sustituida por la República.
En la República el rey fue sustituido por dos cónsules (pretores-cónsules) designados por el pueblo y con una duración de un año en su cargo. Como los cónsules duraban un año en su mandado y constantemente estaban fuera de Roma al frente del ejército, no podían atender a todos los asuntos de la ciudad, esa es la razón por la que se van a crear otras magistraturas: los pretores, que son los magistrados que impartían justicia; los censores, encargados del censo y guardianes de las costumbres; los cuestores; en tiempo de crisis uno de los pretores-cónsules fungía como dictador, quien tenía la facultad de imponer la pena de muerte, y sus decisiones eran inapelables, por este enorme poder que concentraba en sus manos al dictador no le era lícito retener esta magistratura por más de seis meses.
Como originalmente el pueblo romano estaba integrado sólo por patricios, la carga del Estado pesaba exclusivamente sobre ellos, los cuales tenían que prestar servicio militar y pagar impuestos. De ahí que se hizo necesario incorporar a los plebeyos al pueblo romano, para que éstos también prestaran servicio militar y contribuyeran al sostenimiento del Estado.
Mediante la Reforma Serviana se incorpora a los plebeyos al pueblo romano, al mismo tiempo se levantó un censo para conocer la fortuna de los ciudadanos romanos y así distribuir los impuestos de manera equitativa. De acuerdo con el censo, la ciudadanía quedó agrupada en centurias de la siguiente manera:
La 1ra clase estaba conformada por 80 centurias con los hombres más ricos de Roma, los cuales tenían cada uno una fortuna de más de 100 mil ases; la 2da clase, constituida por 20 centurias, con los que tenían menos de 100 mil ases y más de 75 mil; la 3ra clase, integrada por 20 centurias, con los que tenían menos de 75 mil ases y más de 50 mil; la 4ta clase, formada por 20 centurias, con los propietarios de menos de 50 mil ases y más de 25 mil; la 5ta clase, la más numerosa, compuesta por 30 centurias, con los que tenían una riqueza de 11 mil ases, según unos autores, o de 12,500, según otros.
Esta Reforma, lejos de beneficiar a los plebeyos los perjudicó, pues al ya formar parte del pueblo romano tenían que pagar impuestos y prestar servicio militar, y como Roma constantemente estaba en guerra, muchos plebeyos tenían que ir a combatir y por ello dejaban de cultivar sus campos agrícolas. Cuando regresaban de la guerra los plebeyos, al no tener cosechas tenían que recurrir al préstamo y si no pagaban sus deudas se les esclavizaba.
Por otro lado, en los comicios por centurias3 en donde se votaban las magistraturas, estas, una a una fueron cayendo en manos de los nobles y los hombres más ricos de Roma, por lo que los plebeyos no tenían quien los representara y defendiera.
Por estas razones es que los plebeyos decidieron abandonar Roma para fundar otra ciudad. Pero como Roma los necesitaba, el senador Menenio Agripa los convence para que regresen. Los plebeyos regresan a Roma al conseguir dos concesiones: que el deudor insolvente no sea tratado como esclavo y que se les concediera un magistrado de extracción plebeya para que los defendiera de las decisiones de los patricios, este magistrado fue el tribuno.
En un inicio fueron dos los tribunos de la plebe, más tarde su número fue en aumento hasta llegar a diez. Estos tribunos convocaban a los plebeyos a una asamblea, la concilia plebis, y todo lo que en ella la plebe ordena y establece se denominó plebiscito, que no es otra cosa que una ley.
Dos tribunos que trascendieron en la Roma republicana fueron los Gracos. Tiberio Graco fue designado tribuno en el año 133 a.C., cuando el poderío romano estaba en todo su esplendor. Tiberio Graco se constituyó en el defensor de los despojados, de los plebeyos, y para acabar con los grandes latifundios propuso al senado limitar a siete y media hectáreas la posesión de las tierras, así como la división subsiguiente de las tierras que habían de entregarse a los pobres. Esta conducta de Graco encontró eco en el pueblo, pero le suscitó el rencor de los poderosos. Durante unas elecciones, el grupo rico provocó un tumulto en el cual Tiberio Graco fue asesinado.
Diez años después Cayo Graco fue elevado a tribuno y decidió continuar la obra de su hermano. Para atraerse la simpatía de los plebeyos organizó la distribución de cereales a bajos precios para el pueblo. No pudo continuar con su tarea pues hubo nuevos disturbios y también fue asesinado.
De lo anterior podemos conceptualizar, en la actualidad, al tribuno como el magistrado (legislador o gobernante) representante y defensor de los intereses de los pobres, de los desposeídos y explotados, de los asalariados del campo y la ciudad.
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Notas al pie
1 La familia en Roma estaba organizada sobre la base del patriarcado, misma forma que conocieron otros pueblos como los hebreros, los persas, los galos, etcétera. Dicho en otras palabras, era una sociedad patriarcal en la que el papel principal lo desempeñaba el varón (paterfamilias), mientras que la madre ocupaba un lugar secundario, pues la mujer, al casarse, salía de su familia civil para pasar a formar parte de la familia de su marido. En el Digesto Ulpiano se señala que “Se llama paterfamilias a aquél que tiene el señorío en su casa (domus) y se le designaba correctamente con este nombre aunque no tenga hijo, pues el término no es sólo de relación personal, sino de posición de derecho”…
2 Los comicios por curias era la asamblea del pueblo romano. Se reunían en un foro las treinta curias, en un lugar llamado comitium, para aprobar la designación de nuevo rey, para actos de derecho privado relacionados con la religión, tales como la adopción y el testamento.
3 En los comicios por centurias se votaban las magistraturas. En estos comicios primero se tomaba el voto de las 18 centurias de caballeros, para posteriormente recoger el voto de las 80 centurias de los hombres más ricos de Roma, si ambas clases votaban en el mismo sentido hacían mayoría (98 centurias), y por tanto, ya no se consultaba a las demás clases. La diferencia entre los comicios por curias y los comicios por centurias es que mientras en los primeros votaban las treinta centurias, en los segundos sólo lo hacían los nobles y los más ricos de Roma.
