La gran mayoría de los debates e investigaciones que se han generado tanto a nivel nacional como internacional acerca del libro de texto coinciden en definirlo como un factor fundamental en la formación de los sujetos y, por tanto, como un elemento indispensable para la transmisión del conocimiento.
Los niños deben dejar de ser
objetos del consumo, para
convertirse en demandantes
de acciones sociales que los
beneficien y se conviertan en
promotores y actores del
cambio social.
La juventud debe adquirir una conciencia crítica, que le permita reflexionar sobre la realidad que le tocó vivir, para que se involucre en la lucha organizada para transformar dicha realidad en beneficio de la clase trabajadora y de toda la sociedad en su conjunto.